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Ahí estaban casi todos los gobernadores con sus guayaberas blancas, tomándose la foto alrededor del presidente Enrique Peña Nieto. Casi todos, pero no todos. Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, no aparece en las imágenes ni en la lista oficial de aquella reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
Los asistentes al convite político de mediados de noviembre pasado, realizado en Huatulco, Oaxaca, firmaron un acuerdo para establecer “mecanismos estatales para poner fin a la violencia contra la niñez y la adolescencia”. El acta aún señala fecha de cumplimiento: febrero de 2017.
La ausencia del gobernador de Nuevo León durante la rúbrica del pacto ahora forma parte de las críticas a lo ocurrido ayer en Monterrey, donde un adolescente entró a una escuela para disparar a su maestra y algunos de sus compañeros.
A dos meses de aquel compromiso, el gobierno de Nuevo León está entre las entidades que no han creado una comisión local para atender la problemática.
“Propusimos un acuerdo a la Conago en noviembre, en el que había compromisos concretos para evitar la violencia, y uno de ellos era establecer un organismo especial para la detención de la violencia en esa entidad federativa. Ya se instaló una comisión nacional, encabezada por Renato Sales Heredia (Comisionado Nacional de Seguridad), y tenemos cuatro comisiones que ya se crearon en algunas entidades federativas”, comenta Ricardo Bucio Mújica, titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna).
Sólo Ciudad de México, Guerrero, Morelos y San Luis Potosí han cumplido, y este diario pudo saber que el Estado de México, Veracruz e Hidalgo están en vías de hacerlo. Las demás entidades, entre ellas Nuevo León, se han visto envueltas en “dinámicas de desinterés político por prevenir la violencia contra los menores de edad”.
En entrevista, Ricardo Bucio, secretario del Sistema Nacional de Protección Integral a Niñas, Niños y Adolescentes, asegura que la tragedia del Colegio Americano del Noroeste se debe a “la mayor exposición a la violencia que ha padecido Nuevo León en los últimos años”. Y habla del crimen organizado, las ejecuciones, el tráfico de armas, el bulliyng, la violencia intrafamiliar, la falta de políticas de prevención. Todo un rosario negro hilado a que “Monterrey es la ciudad con la cultura más parecida a la de Estados Unidos”.