Familiares de desaparecidos, y solidarios ex braceros mayores de 80 años, marcharon en peregrinación desde la Plaza de la Purísima en el sector centro-poniente de la ciudad, hasta la Basílica de la Virgen de Guadalupe en la colonia Independencia, para rogar por todas las víctimas de muerte o desaparición.

Al frente del grupo, sosteniendo una manta negra con letras blancas: “Desaparecidos ¿Dónde Están? ¡Justicia”, se mantuvo Rosa Pérez, madre de Guadalupe Coral Pérez, una joven que no aparece desde el 24 de julio de 2011, cuando regresaba de Reynosa, Tamaulipas, junto con otras cinco muchachas que trabajaban como edecanes en la ciudad fronteriza.

“Vengo a pedirle la Virgen que nos ayude a encontrarlas; primero Dios, esperamos que todavía esté viva, ahorita tendrá ya 30 años”, dijo la señora Rosa, y agregó, “nunca nos vamos a dar por vencidos”, y siempre seguirá buscando, como parte del Grupo Amores (Agrupación de Mujeres Organizadas por los Ejecutados, Secuestrados y Desaparecidos de Nuevo León”.

Durante la homilía, el sacerdote de la Basílica pidió a todos los asistentes comprometerse por la paz, pues expresó, cuando visitamos a nuestra madre, le llevamos regalos, estamos contentos, “hoy le han traído la Virgen de Guadalupe, muchas ofrendas y flores, qué bien, a toda madre le gustan las flores; pero el mejor regalo que le podemos dar a nuestra madre es que sigamos el camino del bien”.

Peregrinan familiares de desaparecidos a Basílica de la Virgen en NL
Peregrinan familiares de desaparecidos a Basílica de la Virgen en NL

"Todos venimos a pedirle paz, porque hay mucha violencia. Somos muy conflictivos, pero queremos que haya paz, pero seamos también gente de paz, así como queremos que haya paz en el mundo, tengamos también armonía en nuestra casa; no seamos contradictorios, pidamos paz, pidamos justicia, pero regalemos paz y justicia a los demás".

"Cuando vamos a ver a nuestra madre le decimos, ¿qué quieres que te regale? y la mamá nos dice, hijito, obedece, eso es lo que quiere una mamá, que los hijos le obedezcan". Por eso -dijo- a nuestra madre celestial, le agradará mucho más, que si nos asusta la violencia, le regalemos un poquito más de obediencia, que nos tratamos como perros y gatos, como hace la mayoría.

La Virgen nos dice, hagan lo que les diga, quiéranse, respétense. “Con facilidad nos enojamos, eso no nos conviene a nadie, empecemos por la casa. Seamos gente más pacífica, más tolerantes; no toleramos a nadie y eso es grave”.

Pidió a los asistentes se llevaran de tarea, ser más tolerantes, menos ofensivos, “seamos conscientes de lo que está pasando con tanta violencia, vamos a pedirle a la Virgen de Guadalupe que nos de verdaderos sentimientos cristianos de paz, de armonía, de solidaridad”, concluyó.

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