Ante el fenómeno social que se vivió en la pequeña comunidad de La Joya, personas locales, de los pueblos cercanos y de otros estados del país manifestaron emociones encontradas en cuanto a la proliferación que tuvo la realización de este evento así como de sus consecuencias.

Por una parte, habitantes de La Joya manifestaron su apoyo a la celebración en todo momento debido a que los ha puesto en el mapa aunque sea por unos instantes.

La joven Sarai, de 18 años, vecina de Rubí, mencionó que a pesar de que la tienda de abarrotes que posee su familiar ha tenido muy buenas ventas estos día, también destacó que el fenómeno que tomó fama mundial gracias a la redes sociales no ha significado un cambio en la calidad de vida del pueblo.

Con respecto a la llegada por primera vez de internet a la comunidad con motivo de la fiesta, mostró su deseo porque este servicio se quedara permanentemente "ojalá y lo dejaran, representaría mucho para nosotros".

Por su parte, la señora Bellana Vasquez, quien posee una tienda y un hotel en la cabecera municipal de Villa de Guadalupe, señaló que todo el revuelo que ha causado la celebración ha propiciado que vecinos de los pueblos aledaños a la Joya no acudan al evento.

"Ya estamos molestos por todo el alboroto que se ha armado porque creo que ya nadie lo está disfrutando incluyendo a la familia porque en la televisión se veían tristes y enojados", dijo.

Además, destacó que "todo esto son gastos innecesarios porque tenemos muchas carencias en el municipio que deberían de tratarse en lugar de ponerle atención a todo esto".

A su vez, el escritor independiente Rogelio Padilla, de Tamaulipas, consideró que este fenómeno ha revolucionado a la sociedad mexicana ya que señaló que se mostró la hermandad de una comunidad.

"La Joya se volvió la joya de Rubí. De hecho, pienso escribir un libro sobre ella y todo esto, porque consideró que se lo merece por todo lo que ha provocado", resaltó.


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