Guadalajara.— Como  en un cuento con final y comienzo de una nueva vida feliz, una pareja de maestros se casó hoy en la Feria Internacional de Libro (FIL), que se celebra en la ciudad de Guadalajara, y a partir de ahora podría ser una historia para un libro.

Héctor Ortiz  y  Gabriela Jiménez protagonizaron la primera boda civil en la historia de la FIL de Guadalajara, que se desarrolla del 26 de noviembre al 4 de diciembre, en un evento que convocó a más periodistas que familiares y amigos.

“El primer viaje que hicimos juntos fue a la FIL y la feria se convirtió en un espacio muy especial para nosotros”, platicó el novio a Efe.

“Cada año [estar en la FIL] era como renovar nuestra relación y, ahora que decidimos casarnos, se nos hizo”, contó Héctor y recordó que ese primer viaje lo hicieron a los 16 años de edad; ahora con 27 años, ambos decidieron unir sus vidas en matrimonio.

Con  la literatura como medio de unión, la pareja disfrutó de una fama repentina en la feria editorial más importante del mundo en español, que durante el año pasado recibió a 792 mil visitantes y que en 2016 espera superar esa cifra.

Héctor,  un  maestro de español a nivel secundaria, gusta de los textos del escritor colombiano Gabriel García Márquez y de la novela negra, mientras que Gabriela, maestra de matemáticas, es fiel lectora de Mario Vargas Llosa y Honoré de Balzac.

El ahora esposo contó que los organizadores de la feria se portaron amables, no les cobraron por el uso de las instalaciones y hasta pusieron gente a su disposición. La ceremonia se llevó a cabo en el salón número uno.

Para el matrimonio civil —que certificó un notario—, ella llevaba un vestido blanco y él un traje oscuro.

“En el lugar había mucha prensa, también había familia y amigos, pero los periodistas nos duplicaban”, contó Héctor.

Ambos platicaron, a todos los medios que se les acercaron, que se conocieron en la preparatoria, en la ciudad de Colima, capital del estado del mismo nombre, a unos 195 kilómetros de Guadalajara, donde ahora radican.

“Éramos menores de edad y era nuestro primer viaje. Compartir experiencias en un viaje con alguien que quieres a esa edad fue muy importante para nosotros”, apuntó.

Tras la boda, la fiesta quedó pendiente y se celebrará en la próximas semanas, ya con menos testigos.

De la FIL, el novio dijo que les sigue cautivando la cantidad de gente que convoca, los diferentes acentos y el intercambio cultural que se genera. “Compartir con gente de otros países nos nutre mucho”, acotó. 

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