Camino a la presidencia municipal, Cuauhtémoc Blanco recibe muestras de apoyo, saludos y gritos de taxistas y automovilistas.
El edil de Cuernavaca pulsa su raiting luego de un fin de semana convulso que lo llevó instalarse en huelga de hambre para protestar contra el juicio político que le sigue el Congreso de Morelos para separarlo del cargo.
Una vez en el inmueble oficial el Cuauh pide tregua por medio de la prensa: “Es por demás pelearme con el gobernador. Lo único que le digo es que me dé chance de trabajar. Yo no le hice nada a él, a su hijo ni a los diputados”, afirma.
En la mañana el edil Cuauhtémoc Blanco Bravo desayunó en un restaurante situado a un costado de palacio de gobierno, y al salir caminó al ayuntamiento seguido de sus principales colaboradores y un nutrido grupo de reporteros que llaman la atención de los transeúntes.
El Cuauh marcha tranquilo y seguro sabedor de que ni el Congreso de Morelos y tampoco el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) puede destituirlo, virtud a dos suspensiones que le concedió la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) contra cualquier acuerdo que determine separarlo del cargo. Al alcalde los acusan de incumplir con los requisitos de elegibilidad, recibir donación en obra pública sin el consentimiento de los regidores y ausentarse del ayuntamiento.
Por la calle Netzahualcoyotl, Cuauhtémoc Blanco se ufana de los saludos y el apoyo de la gente. “¿Ya ves como la gente no me reclama hijo? Si hubiera hecho algo malo yo creo que la gente estuviera en contra de mi, hasta ‘huevazos’ me hubieran tocado, pero no”, dice a un reportero que camina a su lado.
Horas más tarde el constitucionalista Raúl Carrancá y Rivas, autor de la denuncia de juicio político, afirmaría que “la Corte se extralimitó en sus funciones al otorgar una suspensión provisional al presidente municipal de Cuernavaca. La misma suspensión lo menos que produce es extrañeza, de ser así, el máximo tribunal se está extralimitando en sus funciones debido a que el pleno del Congreso local analizó y votó, con una abrumadora mayoría, la culpabilidad por acción y omisión del alcalde”, dijo Carrancá visiblemente enojado por la protección concedida al edil de Cuernavaca.
Y luego de una serie de confusiones Carrancá exigió a Blanco Bravo “renunciar” al cargo porque sabe que violó la ley.
Pero el Cuauh regresó a sus labores después de ausentar del palacio municipal durante 48 horas. En ese lugar consideró imperdonable lo que hacen con él en materia política, pero en un plan de conciliación envió un mensaje a los promotores del juicio político: “En buena onda que me dejen chambear. No se metan con el municipio y no me voy a meter con ellos”, manifestó.
Cuauhtémoc Blanco se dio tiempo para contestar un señalamiento del gobernador Graco Ramírez, quien dijo en una entrevista por televisión, que el edil tiene problemas en su labor porque “cuando sólo tienes habilidad en las piernas, es difícil que puedas gobernar”. “Soy hábil con los pies pero también hay que tener un poquito de cabeza, también se necesita la cabeza para hacer goles y jugar bien”, contestó Blanco.
El edil aseguró que hay una gran oportunidad para hacer las cosas bien por Cuernavaca por eso pidió a los regidores sumarse a su proyecto y trabajar para la ciudadanía, que dijo, es lo más importante.
lsm