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Sobrecostos, opacidad y retrasos en su construcción han marcado el proyecto de la Línea 3 del Metro, que el gobierno de Rodrigo Medina de la Cruz inició el 1 de octubre de 2013 con la meta de ponerlo en operación: primero en marzo de 2015 y luego el 31 de agosto del mismo año.
Sin embargo, a más de tres años del arranque y 15 meses de retraso, el proyecto —prácticamente terminado en la obra civil— está detenido porque el gobierno actual de Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, carece de los recursos para entregar el anticipo de 400 millones de pesos que se requieren para iniciar la construcción de 22 vagones, cuyo costo total asciende a mil 600 millones de pesos.
Además, el costo de la Línea 3, que en octubre de 2013 se previó de 5 mil 692 millones de pesos, para noviembre de 2014 —al plantear el gobierno del estado el proyecto de presupuesto para 2015— ya tenía un costo de 6 mil 900 millones. Actualmente supera los 8 mil millones, incluyendo los vagones.
De acuerdo con las autoridades de Metrorrey —organismo paraestatal responsable de la administración y operación del Metro—, una vez que se disponga de los recursos y se contrate la construcción de los vagones se tardarían 18 meses más para que la Línea 3 entre en funcionamiento.
Esta ruta, que tendrá una longitud de 7.5 kilómetros —incluyendo un tramo subterráneo de 550 metros— y constará de ocho estaciones, ya ha requerido más tiempo del que se empleó en las Líneas 1 y 2 de este sistema colectivo de transporte.
Larga espera. El actual proyecto lleva 37 meses, mientras que la Línea 1, de 18.8 kilómetros y con 18 estaciones, se terminó en 36 meses (del 18 de abril de 1988 al 25 de abril de 1991).
La Línea 2, en su primera etapa subterránea de 5.5 kilómetros, se empezó a construir en febrero de 1993 y se puso en operación el 30 de noviembre de 1994, es decir, 21 meses después.
Además, en agosto de 2005 se inició la ampliación de otros ocho kilómetros a la Línea 2, (con un tramo subterráneo de 1.5 kilómetros).
El 31 de octubre de 2007 entraron en funcionamiento tres nuevas estaciones y el 1 de octubre de 2008 arrancaron otras cuatro estaciones, para totalizar los 13.7 kilómetros de la Línea 2, que consta de 13 estaciones.
Desde el proceso de licitación, el proyecto de la Línea 3 estuvo marcado por la polémica y los cuestionamientos, pues se adjudicó el contrato a un consorcio encabezado por Alstom, que junto con ICA y Carso fue señalada de incurrir en graves fallas en la construcción de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, lo que obligó a la suspensión del servicio por 20 meses para hacer las correcciones, al tiempo que el gobierno capitalino pretendió imponerles una sanción de 2 mil 177 millones por los daños ocasionados.
Irregularidades. En abril de 2014, el Congreso local exhortó al gobierno de Rodrigo Medina que explicara por qué la compañía Alstom —que realizó la Línea 3 junto con las constructoras regiomontanas Moyeda y Garza Ponce— fue favorecida el 4 de noviembre de 2013 con el contrato para la construcción del viaducto elevado, no obstante que su propuesta de 2 mil 698 millones había rebasado por 498 millones de pesos el techo financiero que había establecido la administración estatal.
En cambio, argumentó la legislatura, fue rechazada la propuesta del consorcio Dycusa-Ica, que presupuestó 2 mil 315 millones de pesos (383 menos).
En esa ocasión el secretario de Desarrollo Sustentable, Fernando Gutiérrez Moreno, argumentó que Alstom y asociados obtuvieron la mayor cantidad de puntos técnicos entre 17 compañías participantes.
El entonces diputado panista Jesús Hurtado Rodríguez externó en entrevista su preocupación por las fallas que se presentaron en la Línea 12 del Metro en la Ciudad de México, pues temía que se repitieran en Nuevo León, al seguirse el mismo modelo que en la capital, pues la francesa Alstom fue la encargada de colocar las vías, el sistema electromecánico y técnico, mientras a las mexicanas Moyeda y Garza Ponce sólo se les encomendó la obra civil.
El funcionario afirmó que mientras en la Ciudad de México la mayor aportación financiera la realizó el gobierno federal, en Nuevo León sería el gobierno estatal, que vía endeudamiento, haría la mayor aportación.
Despierta sospechas. El 18 de noviembre de 2014, el Congreso de Nuevo León, por unanimidad, aprobó un llamado al secretario de Obras Públicas del gobierno estatal, Luis Gerardo Marroquín Salazar, para que recibiera a una comisión plural de legisladores y explicara las razones de las fallas en la construcción, dado que seis días antes falleció un trabajador en un accidente. También para que informara el por qué del incremento de 21% en el costo inicialmente anunciado para el proyecto, pues de 5 mil 692 millones de pesos, había pasado a 6 mil 600 millones de pesos.
El diputado panista Enrique Barrios señaló desde la tribuna que, tras dialogar con especialistas, éstos expusieron que “a una constructora que se le cae una cimbra, no merece que se le otorgue ningún contrato de obra pública porque demuestra su incapacidad en algo tan simple”.
De acuerdo con las proyecciones del gobierno estatal, la Línea 3 del Metro permitirá mejorar la movilidad del área metropolitana y beneficiará a poco más de 280 mil pasajeros diariamente. Actualmente, con sus dos líneas, 31.5 kilómetros y 32 estaciones, el sistema colectivo Metro de Monterrey (Metrorrey) da servicio a 370 mil personas al día, con una tarifa de 4.50 pesos por persona.