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estados@eluniversal.com.mx
El templo de San Francisco de Asís fue testigo del “milagro” concedido a la salvadoreña Reina Amaya, quien se reencontró con su hija Juana del Carmen Amaya Quintanilla, después de ocho años de no saber de ella. La joven salió de su casa y quería llegar a Estados Unidos.
En medio de lágrimas, aplausos y gritos de ¡si se puede!, las mujeres se fundieron en un fuerte abrazo.
“Dios me concedió el milagro de encontrarla con vida, mi corazón me lo decía que estaba viva”, expresó la salvadoreña, una de las 41 madres que integran la caravana que busca a sus familiares migrantes desaparecidos en territorio mexicano durante su viaje a los Estados Unidos.
La pobreza y violencia, obligó a Juan del Carmen Amaya Quintanilla a dejar El Salvador para buscar mejores oportunidades de vida en Estados Unidos, dejando a sus hijos, una niña de seis años y un niño de dos, al cuidado de su madre.
Amaya Quintanilla relató que en un principio mantuvo comunicación con su mamá, sin embargo, al llegar a Tijuana fue secuestrada por presuntos miembros del crimen organizado que por nueve meses la obligaron a vender droga y a trabajar en centros de prostitución.
Abundó que un amigo la ayudó a escapar, pero tuvo temor de regresar a su país de origen y decidió quedarse a vivir en esta localidad, donde conoció a su actual pareja y procreó dos niños con él.
“El año pasado contacté a los de la caravana, le di los datos de mi madre y me ayudaron a encontrarla”, explicó la mujer.
Ocho años de tristeza e incertidumbre terminaron este miércoles, para Reina Amaya, al encontrar a su hija, quien la recibió con un ramo de margaritas amarillas en el templo San Francisco de Asís.
“La soñaba viva, siempre la encomendaba a Dios, pero a la vez me desolaba y me preguntaba donde está mi hija”, relata entre lágrimas de alegría la madre centroamericana.
Refiere que su desesperación crecía cuando sus nietos le preguntaban por su madre. “Los niños deseaban verla, me preguntaban cuando sus manos los acariciaría, yo les decía su mamá está viva y, hoy Dios me hizo el milagro”, expresó.
El último trecho. La XII Caravana de Madres Centroamericanas denominada “Buscamos vida en Caminos de Muerte”, inició su recorrido desde el pasado 15 de noviembre, visitando 11 estados en búsqueda de hijos y familiares.
El martes la Caravana que es apoyada por el Movimiento Migrante Mesoamericano ingresó a Chiapas y fue en el municipio de Arriaga, donde las madres pernoctaron en el albergue Hogar de la Misericordia.
Ayer, recorrieron la vía del ferrocarril, que en los últimos años fue usado por miles de hombres, mujeres y niños centroamericanos que buscaban llegar a Estados Unidos.
También caminaron por la zona de tolerancia, donde operan bares y laboran algunas sexoservidoras de origen centroamericano.
Martha Isabel Palencia, de Tegucigalpa, Honduras, dijo que su hijo Orbín Danilo Palencia, despareció el 13 de mayo del 2013, en Chiapas, cuando se dirigía hacia la frontera norte, acompañado de su primo.
Comentó que perdió contacto con su hijo, cuando se encontraba en Chiapas, pero no sabe en qué municipio. A partir de ese año lo busca, “porque no tengo razón de él, no se si él vive, si estará preso. No se qué suerte corrió”.
Orbín consiguió hablar con algunos familiares que se encontraban en Chiapas, pero no supo decir en qué comunidad y en qué municipio se encontraba, días después de haber salido de Tegucigalpa.
El inmigrante salió de 32 años de edad, obligado por la violencia que imperaba en Honduras, así como la falta de empleo, dijo su madre que ha recorrido 15 días por territorio mexicano en su búsqueda.
Cuando el joven centroamericano salió le dijo a su madre que se iba a los Estados Unidos, para ayudarla y construirle una casa en Honduras.
La Caravana que busca a sus familiares recorre el último trecho, ahora en el trayecto que va de Arriaga a la frontera con Guatemala.
En total, las madres centroamericanas recorrerán 11 estados de la república mexicana.
En 12 años, la Caravana de Madres Centroamericanas organizado por el Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), ha reunido a 200 familias, sumándose a la fecha tres reencuentros más, uno en Veracruz, otro en Zacatecas y el último, en esta localdad.
Durante los tres días que falta para que concluya el viaje, las madres y familiares sostendrán encuentros en Tapachula con organizaciones de migrantes, realizarán búsqueda en el poblado de Puerto Madero, así como en la barra de San José, perteneciente al municipio de Mazatán, y el poblado de Ciudad Hidalgo, localidad fronteriza con Guatemala, donde concluirá el recorrido.