El fiscal describió que de acuerdo con los datos de prueba, en el interior de una vivienda modesta estaba una mujer durmiendo en la sala, porque las dos recámaras están ocupadas por diversas personas, entre ellas menores y un hombre con discapacidad. Al ver al sujeto, fingió seguir dormida, éste salió al patio y ella se percató de que no estaban un celular y dinero que había dejado en la mesa. Fue detrás del ladrón, lo enfrentó y le preguntó qué hacía ahí; él dijo que lo perseguía la policía. Luego empezó a agredirla con los puños. Ella pidió ayuda. Una tía llegó a auxiliarla y empezó el forcejeo.
“Finalmente toma esta persona un ladrillo, agrede a la tía y saca de entre sus ropas un cuchillo; para esto la primera persona se había liberado, la segunda tía logra desarmarlo del cuchillo (...) y lo empiezan a tratar de someter”, relató el fiscal.
Ellas intentaron maniatarlo con una cinta métrica, pero el sujeto se zafó. Finalmente, encontraron una corbata con la que trataron de maniatarlo, pero él no se dejó. “Fue por eso que se la pusieron en el cuello y maniobraron hasta que perdió fuerzas, al tiempo en que otra de ellas pidió que llamaran a la policía”.
El fiscal explicó que cuando arribó la policía el sujeto todavía estaba forcejeando. Llamaron a una ambulancia, pero se encontraron con que el hombre había fallecido.