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Jornaleros agrícolas rescatados la tarde del viernes de presunta explotación laboral en un rancho del ejido Maravillas de Matamoros, Coahuila, relataron que tenían hasta 40 días sin recibir sueldo, por lo que exigieron que se les pague los días laborados y los lleven de regreso a sus ciudades de origen.
Los 81 jornaleros, que provenían de comunidades de Veracruz, Hidalgo y San Luis Potosí, fueron enviados al albergue de la Unidad Deportiva Torreón, en donde contaron que les iban a pagar hasta que terminara su contrato, el cual iba de los 50 a 70 días.
De los 81 jornaleros, 13 son mujeres. Aseguraron que otros 23 no quisieron irse con los elementos de la Procuraduría General de la República (PGR), quienes los rescataron.
Además de que les paguen lo laborado, exigieron se les salde una gratificación de 600 pesos que les prometieron, les devuelvan sus pertenencias que se quedaron en el campo agrícola y les otorguen transporte para regresar a sus hogares.
Puras mentiras. Alejandro Aguas llegó con su esposa Crescencia Hernández provenientes de Xilitla, San Luis Potosí. Allá dejaron a un hijo de cinco años.
Alejandro contó que salieron con el propósito de ahorrar un poco de dinero, pero al llegar nunca vieron las cosas claras.
“Nos dijeron de la gratificación de 600 pesos, pero terminas tu contrato de dos meses y te dan sólo 300 pesos. Nosotros venimos porque era un contrato, pensábamos que era algo seguro”, lamentó Alejandro.
A la pareja, además del pago diario, les dijeron que habría giros cada 15 días para mandar dinero a su pueblo. “Luego nos dijeron que cada 25 días. Dos semanas trabajando ¿y allá, cómo le íbamos a hacer?”, cuestionó.
Alejandro afirmó que también trabajaban los domingos por el mismo sueldo y si no laboraban, se los descontaban de su contrato.
“Aunque no fuera por culpa de nosotros que no trabajáramos, lo descontaban”, añadió.
El rancho tenía una tienda de raya donde los jornaleros compraban desde comida hasta artículos de limpieza o uso personal como pastas, rastrillos, champús, jabones. Aunque no era obligatorio comprar ahí, si lo hacían era como un crédito que pagaban al final del contrato. Si no querían comprar en la tienda, tenían que caminar hasta 10 minutos en el pueblo.
Los jornaleros también se quejaron que la comida era muy raquítica y no tenía buen sabor. Contaron que todas las mañanas les daban frijoles y arroz pero con mucha agua.
Además, reprocharon que los espacios donde dormían eran muy reducidos y que les daban una colchoneta muy delgada.
El rancho no se aseguró. El rancho agrícola Nidia Edith no fue asegurado por ninguna autoridad, confirmó EL UNIVERSAL al acudir al lugar.
Trabajadores del lugar no permitieron el acceso a esta casa editorial y simplemente mencionaron que se habían llevado a todos los empleados y que ellos seguían laborando normalmente en otras áreas.
Hasta ayer sábado sólo se había informado de la detención de siete encargados del lugar, pero ninguna autoridad comunicó sobre alguna sanción o clausura a los propietarios.
La Sociedad de Producción Rural Nidia Edith es parte del consorcio de Grupo GR, que tiene presencia de ranchos agrícolas en otros estados como Chihuahua, Sinaloa, Sonora, Coahuila, Durango y Puebla.
La Sociedad de Responsabilidad Limitada Nidia Edith cuenta de 10 socios, incluido un menor de edad, de acuerdo con el Registro Público de Comercio.
Los socios son: Juan Fernando, Blanca Estela, Leticia, Velia Isabel, María Elena y Cecilia Alejandra González Rubio; José Alfonso Dávila Saucedo, Silvia Elena González de Ávila y Luz María González de Villalobos. Y la menor Lorena del Carmen G.