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La agresión fue más allá: Mariana era amenazada por su esposo con ser desmembrada o descuartizada como otras mujeres víctimas del crimen organizado si no regresaba a casa. Después de varios años de ser golpeada y torturada sicológica y sexualmente, tuvo que huir de su ciudad natal, en Michoacán, a otra entidad del país para salvar su vida y la de su pequeño.

En enero de este año familiares de Mariana acudieron al Centro de Justicia Integral para las Mujeres en Michoacán para pedir ayuda urgente.

La profesionista jamás había denunciado ante las autoridades y mucho le había contado a su familia lo que realmente pasaba en su hogar, pero comenzó a ser evidente: los golpes eran visibles. Lo que había sido una vida feliz ahora daba un giro completo: no podía aceptar que la persona a la que amaba le hiciera tanto daño, narra.

Mariana platica que apenas llevaba dos meses de separación, pero soportó 36 meses de ser ultrajada, maltratada y golpeada en extremo, por lo que no aguantó más y tuvo que confesarle a su familia el sufrimiento que había vivido durante ese tiempo.

Lo peor estaba por venir: cuando ella decide regresar a casa con su madre y sus hermanas —siempre al lado de su hijo—, su ex pareja le llama y la amenaza de muerte sino regresa con él.

“Me comenzó a mandar fotografías de mujeres descuartizadas, de esas que deja el crimen organizado en las calles, con las que me advertía que si me relacionaba con alguien más, así terminaría.

“Todavía tengo presentes esas imágenes como si en este momento me las estuviera mandando; lo hacía una y otra vez mediante mensajes de WhattsApp o de Facebook. Yo pensaba en mí y qué pasaría con mi hijo si algo me sucedía o terminaba en esas condiciones”, describe la mujer con incontenible nerviosismo.

Su ex pareja había rebasado los límites de la tortura sicológica —de acuerdo con los especialistas del Centro de Justicia Integral para las Mujeres que la atendieron—, por lo que, atemorizada con este tipo de amenazas, decidió presentar una denuncia en el Ministerio Público.

Pese a que comenzó con ese proceso legal, Mariana fue agredida físicamente a los pocos días. Llena de pánico, de nueva cuenta acudió a las autoridades y decidió irse de la entidad, lo que le costó que su ex marido enviará una fotografía de Mariana a diversos medios de comunicación con la leyenda de que estaba desaparecida, también ofreció una recompensa a quien diera informes sobre su paradero.

El agresor también arremetió contra los familiares de la víctima; ingresó al domicilio y golpeó a la hermana menor de Mariana. Fue la gota que derramó el vaso de agua.

El caso pasó a manos del Centro de Justicia Integral para las Mujeres, desde donde se impulsó el seguimiento legal y con el que actualmente la justicia persigue al agresor, aún prófugo.

Hoy en día la víctima inició una vida diferente en otra entidad y trabaja el miedo que padeció por más de tres años, construye su confianza y amor propio, porque no quiere huir más. “¡Extraño Michoacán y a mi gente!”, expresa constantemente.

La luz al final del túnel. La joven fue previamente asesorada y es una de las mil 970 víctimas de violencia que han solicitado ayuda al Centro de Justicia Integral para las Mujeres en el Estado de Michoacán, a donde pasó de vivir un infierno a una vida libre de maltrato.

La directora de la institución, Janet Martínez Mondragón, revela que de los mil 970 casos que ha atendido el centro, cuatro fueron agredidas a manos directamente de agresores relacionados al crimen organizado y 12 más en los que se atiende a víctimas (viudas o huérfanas) de las que ha dejado el narco en su camino.

Detalló, que de ese total, sólo en 137 casos las víctimas han decidido presentar una denuncia y tres han tenido que salir de Michoacán para refugiarse en otras entidades, como Mariana.

“Sin embargo, aquí no catalogamos a nadie por los elementos que rodean la violencia que sufren las víctimas. Al contrario, hacemos todo lo que está a nuestro alcance para evitar la revictimización: les damos ayuda sicológica, orientación legal y acompañamiento; atendemos a 37 niños, víctimas indirectas, y los servicios son completamente gratuitos”, aclara.

Lamenta que derivado de la ayuda que le proporcionan a las mujeres violentadas, tanto ella como su personal también han sido amenazados y en algunas ocasiones agredidos por los victimarios; aunque advierte: “Eso no nos va a detener”.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Martínez Mondragón dice en entevista con EL UNIVERSAL que en 73% de los casos, las víctimas acusaron violencia sicológica; 19.5%, física, y 1%, sexual, debido a que aún no se atreven a denunciar esta última.

“El que agrede una vez, agrede dos veces, pero no todo está perdido”, resalta Janet. Dice que a pesar de que las víctimas en su mayoría deciden desistir de la ayuda y no denuncian, en el año que lleva desde su conformación el Centro de Justicia Integral para las Mujeres ha registrado 27 casos de éxito, como el de Mariana, y el resto han tomado su curso para un buen desenlace.

Herramientas. Desde el 29 de junio, la Secretaría de Gobernación decretó Alerta de Género para 14 de los 113 municipios de Michoacán, luego de que se sumaron a la ola de violencia 48 feminicidios en los primeros meses del año, lo que desató manifestaciones de diputados locales y civiles que exigían un alto a este tipo de violencia de género. En el país hay 30 centros de justicia integral para mujeres en 22 estados; Tlaxcala, Tabasco y Veracruz no cuentan con uno, de acuerdo con datos proporcionados por la funcionaria.

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