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Nogales.— Un grupo de madres centroamericanas se encuentra en Zacatecas, Tamaulipas y Sonora en búsqueda de sus hijos y familiares desaparecidos cuando pasaron como migrantes a Estados Unidos.
En el albergue de la Iniciativa Kino para la Frontera, de Nogales, Sonora, próximo a la garita Mariposa que conduce a Estados Unidos, llegaron en su séptimo día de recorrido por la ruta migratoria de la XII Caravana de Madres Centroamericanas, Buscamos Vida en el Camino de Muerte.
En este centro de auxilio a migrantes que cruzan hacia Estados Unidos y que deportan del vecino país, fueron recibidas por el Sacerdote Ricardo Machuca, director de Programas de Iniciativa Kino.
El sacerdote leyó un comunicado de Martha Sánchez, presidenta del Movimiento Mesoamericano, donde se informa que un grupo de siete madres se desplazó a la frontera norte donde tienen pistas de sus hijos desaparecidos.
En esta ocasión, los esfuerzos se redoblaron con el fin de cubrir más territorio y cumplir las expectativas de mujeres y hombres que viajan este 2016 buscando a sus familiares.
Una mujer apoyada por organizaciones fraternas se encuentra en Zacatecas para ingresar al Cereso Femenil de Cieneguilla 3, donde se encuentra recluida su hija desde hace cuatro años y por fin volverá a abrazar a su madre luego de tanto tiempo de distancia e incomunicación.
Esto, “constituye una alegría contagiada a todas las integrantes del grupo que les llena de fuerza y esperanza”.
Tres de ellas se encuentran el estado de Tamaulipas y las demás en Sonora para realizar encuentros con organizaciones locales que las acompañan en la búsqueda de pistas de sus seres queridos, quienes la última comunicación recibida, les indicaron que estaban cerca del desierto de Altar.
El resto de la caravana continúa con la ruta trazada de San Luis Potosí, Irapuato, Guanajuato, Querétaro y Ciudad de México, donde los grupos convergerán de nuevo para ir al sur.
Entre las mujeres, se encuentran Nohemí Álvarez, busca a su hijo José Gilbert, quien salió en julio de 2013 de Honduras, desapareció en el desierto de Altar, Sonora.
Lilia Morales busca a su hermana desaparecida en la misma región, hace nueve años.
Nohemí dijo que su hijo desapareció en Caborca: “De ahí salió con su coyote y desapareció en el cerro del Elefante, sus compañeros no supieron de él”.