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Cuernavaca.— Detrás de una cortina roja, una novia con un traje percudido parece dar la bienvenida al visitante. Le acompañan unos encapuchados con túnicas rojas, negras, de colores, y unas tres parejas de novios con un cordón rojo amarrado por la cintura. Es la Santa Muerte, temida y adorada.
Cuando El Jaguar decidió consagrar su vida a la santería y al manejo de las energías se casó con la Santa Muerte y fue una mujer quien le regaló el vestido.
El Profesor, como le llaman sus allegados, salió de su natal Veracruz, allá en Catemaco, a probar suerte en otras tierras. Fue así como llegó a tierras revolucionarias, a la tierra de Zapata, donde se topó con el famoso Callejón del Diablo. Según la leyenda, durante el saqueo de Hernán Cortés en la entonces Cuauhnáhuac, el conquistador provocó la ira de los tlahuicas, quienes una noche lo persiguieron; a punto de darle alcance, el español llegó a este callejón y su caballo Rucio prácticamente voló sobre la barranca de Amanalco unos cinco metros.
Ahí surgió la leyenda del Callejón del Diablo, donde El Jaguar varios siglos más tarde, encontró su guarida.
Previo a su llegada, se casó con la Santa Muerte, por eso la imagen que está en su taller está vestida de tal forma. Eso ocurrió hace más de una década. Hace unos seis años, nos explica su esposa carnal, Candela, una mujer le pidió “el favor” al maestro y logró casarse por la iglesia con su amor; en agradecimiento, le regaló un vestido de novia nuevo.
La de color hueso, dice Candela, no pide nada y es universal, es la que da la fuerza, la salud, el bienestar, el trabajo, el dinero, el amor, el porvenir, si fumas con ella o le pones un poco de ron y le haces una petición, ella te la va a cumplir, asegura.
“No todo es malo con la Santa Muerte; lo que tú le pidas te lo dará. Si tú le pides que se lleve la vida de alguien, pues lo hará pero no condiciona sus favores a cambio de nadie”, explica.
El día en que se celebra a la muerte no es el 2 de noviembre, sino el 18 de agosto, pero no está de más ponerle su altar tradicional en estas fechas. Candela coloca sólo las flores de Cempasúchil para formar el camino, velas, miel e incienso pero hasta los primeros minutos del día 2 de noviembre se le pone una copa de ron, cigarros y manzanas, porque es el fruto prohibido.