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En San Juan Tlacotenco, municipio de Tepoztlán, a las mujeres se les intercambia por ganado y se les obliga a casarse con hombres mayores de la comunidad que “ofrezcan más” por ellas.
Ese poblado, situado en lo alto del macizo tepozteco, es una de las comunidades indígenas del estado de Morelos donde es común esa práctica de violencia contra las mujeres, denunció Fabiola Del Jurado Mendoza, integrante del Colectivo Mujeres Indígenas Líderes Comunitarias.
Las familias están de acuerdo en “vender” a sus hijas de entre 13 y 17 años, con un hombre de hasta 50 años, pero con recursos económicos para solventar los gastos de la familia.
En San Juan Tlacotenco, en el municipio de Tepoztlán, por lo menos dos mujeres de 17 años fueron posibles víctimas de este intercambio, una de ellas sufría abuso sexual por su padre quien después buscó un hombre mayor para intentar casarla, documentó el Colectivo Mujeres.
También precisó que la comunidad se ubica aproximadamente a 20 minutos del centro del pueblo mágico de Tepoztlán, cuya población oscila entre 15 y 20 mil habitantes, las viviendas se conforman de dos cuartos; una cocina y una recámara; carece servicios como baños y regaderas.
Fabiola Del Jurado refirió que de acuerdo con el trabajo de campo realizado por el colectivo, concluyeron que estas familias, por lo regular, tienen un padre alcohólico y una madre sumisa, sus viviendas son pequeñas y viven en extrema pobreza.
Otros casos donde el colectivo detectó que los padres “ofertan” a sus hijas son en las comunidades de Santa Catarina, también en Tepoztlán; Tetelcingo, municipio de Cuautla, y Hueyapan, en Tetela del Volcán. Desafortunadamente, dijo Fabiola Mendoza, hasta la fecha no hay denuncias.
Las mujeres que de alguna manera son entregadas a hombres de hasta 50 años viven en constante violencia porque esa unión fue en contra de su voluntad, son abusadas sexualmente y viven en situación de depresión, relató. Por ello, un promedio de 30 mujeres integrantes del colectivo recorren las comunidades para trabajar con las mujeres en temas como elevación de la autoestima y empoderamiento, para que ellas mismas puedan valorarse y decidan por su propio cuerpo y su vida.
Las mujeres de diferentes comunidades realizaron una marcha en las calles de la capital con dirección al Museo de la ciudad de Cuernavaca, frente a la Catedral, para compartir algunas realidades que viven.
La violencia que viven tiene que ver con el proyecto de desarrollo que se impone desde las estructuras nacionales y estatales, dijo Fabiola Del Jurado, eso provoca que las comunidades vivan en situaciones de pobreza, enfermedad, falta de acceso a servicios públicos como agua y luz, pero también la falta de educación obliga a los padres a ofertar a sus hijas, explicó. Lamentó que la Ley de Acceso a las Mujeres Libre de Violencia no mencione o especifique la violencia que existe en las comunidades indígenas, como es la discriminación de casar a las mujeres con hombres que tienen dinero.