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La 33ª exposición de altares autóctonos por la celebración del Día de Muertos, que se realiza en el Museo Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Tuxtla Gutiérrez, recrea la tradición de los cultos funerarios que hace más de 4 mil años practicaban los pueblos mesoamericanos, incluidos los zoques de Chiapas, como parte de su visión conciliadora del dualismo entre la vida y la muerte, afirmó la directora general de la institución, Fany López Jiménez.
La arqueóloga precisó que la evocación a la muerte en Chiapas se remonta a unos 2 mil años A.C., desde la antigua Mesoamérica, donde ya se tenía la costumbre de los depósitos funerarios, de los entierros humanos y de festejar a los muertos.
“Estas celebraciones nos remiten a un pensamiento mesoamericano donde todo tenía un equilibrio”, expuso la investigadora y estudiosa también de la cultura maya.
“Para los pueblos de esta región de México, si existía la vida también estaba la muerte; si la tristeza, la felicidad, como también coexistían la salud y la enfermedad”.
Explicó que en esas culturas ancestrales se realizaban ceremonias alrededor de la muerte y de la vida. En ese sentido recordamos aquellos cultos funerarios por quienes habían fallecido, pero no representaba el culto a la muerte como tal, como actualmente se le conoce. Aquello era “una manera de reconciliarnos, de recordarlos, de vivirlos, una y otra vez, y pues de festejarlos”, detalló.
La entrevistada señaló que la tradición funeraria se refleja con mayor intensidad y expresión en Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Guerrero, donde se asentó Mesoamérica, si bien los pueblos del norte acostumbran también esas festividades, ahora con una manifestación más comercial.
Aunque admitió que como toda celebración el Día de Muertos evoluciona y se le agregan nuevos elementos “que anteriormente no se tenían, pero eso es una manera de demostrar realmente el cariño que se tienen por una tradición ancestral”.
La 33ª exposición de altares en el Museo Regional de la capital de Chiapas es considerada un festival cultural con la “intención del reencuentro con los seres queridos, ése debe ser el objetivo”, puntualizó la también descubridora de la tumba de La Reina Roja de Palenque, en marzo de 1994.
Blanca Hilda Moreno Nuricumbo señaló que la muestra de 10 altares de la cultura zoque, realizada por asociaciones civiles, instituciones gubernamentales y estudiantes de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, constituye una representación de las raíces prehispánicas ante las costumbres extranjerizantes que despersonalizan a los individuos y los pueblos.
Debemos preservar nuestra tradición de Día de Muertos, por ejemplo ante el Halloween que “poco a poco ha ganado terrero, sobre todo entre los jóvenes que gustan disfrazarse con personajes que no son de nuestra tradición”, advirtió la promotora cultural del Museo Regional.
Los altares zoques reflejan la cosmovisión indígena y mestiza entre las fronteras de la vida y la muerte, enmarcados con flores regionales, comidas, bebidas y frutas de la región. Los altares son ambientados con veladoras, papeles multicolores y aromatizados con estoraque y copal en una atmósfera de respeto y veneración por los seres queridos fallecidos cuyas fotos figuran en relieve.
afcl