Detrás de una cortina roja hay una novia con un traje percudido que parece dar la bienvenida al visitante. Le acompañan una serie de encapuchados con túnicas rojas, negras, y unas tres parejas de novios con un cordón rojo amarrado por la cintura de ambos. Es la Santa Muerte, temida y adorada.
Cuando “El Jaguar” decidió consagrar su vida a la santería, al manejo de las energías, se casó con la Santa Muerte.
"El Profesor", como también le llaman sus allegados, salió de su natal Veracruz, allá en Catemaco, a probar suerte en otras tierras. Fua así como llegó a Morelos, donde instaló su taller, y en él su figura de la Santa Muerte.
La Santa Muerte en su local está vestida de novia, en alusión a su matrimonio con "El Jaguar".
La imagen de la Santa Muerte es del tamaño real, con su hoz característica al lado. Alrededor hay un ejército de imágenes suyas de diversos colores y cada una representa un don o un poder; el negro, por ejemplo, la muerte, el verde la salud y la roja para el amor.
La de color hueso no pide nada y es universal, es la que da la fuerza la salud el bienestar, el trabajo el dinero, el amor, el porvenir. Si fumas con ella o le pones un poco de ron y le haces una petición, ella te la va a cumplir, asegura Candela, esposa carnal del "Jaguar".
“No todo es malo con la Santa Muerte, lo que tú le pidas te lo dará, si tú le pides que se lleve la vida de alguien pues lo hará pero no condiciona sus favores a cambio de nadie”, explica.
El día en que se celebra a la muerte no es el 2 de noviembre, sino el 18 de agosto, pero no está de más ponerle su altar tradicional en estas fechas. Candela coloca sólo las flores de Cempasúchil para formar el camino, velas, miel e incienso pero hasta los primeros minutos del día 2 de noviembre se le pone una copa de ron, cigarros y manzanas, porque es el fruto prohibido.
A manera de cielo o techo, se disponen tres velos, uno morado que representa el manto de Cristo, otro amarillo que protege de las envidias y por último el negro que es el representativo del luto.
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