Tijuana. En la frontera norte, el dolor y la necesidad de los haitianos ha impulsado un movimiento de solidaridad con los migrantes: mexicanos y residentes del sur de California han asumido la manutención de unos 8 mil caribeños.

Desde la segunda semana de marzo, cuando empezaron a llegar de Haití, los tres órdenes de gobierno dejaron al descubierto que no iban a destinar recursos económicos para enfrentar la crisis.

Fue por esto y ante el llamado de los albergues de la ciudad que distintos grupos, desde iglesias, estudiantes, empresas pequeñas, entre otros, han vestido y alimentado a los haitianos que no tienen dinero.

Todos los días, los principales refugios reciben donaciones y afuera del desayunador del Padre Chava, un comedor religioso donde son alimentados los migrantes, decenas de ciudadanos descargan bolsas de sus carros.

Como la señora Araceli, que ayer llevó 300 tortas de jamón: desde las 12:00 del día comenzó a preparar, con otros 40 vecinos, el alimento que colocaron en bolsas de plástico junto con una botella de agua.

Se enteró por las noticias que se escaseaba la comida y decidió aportar. Son las 10:00 de la noche y con sus hijos trajo a los migrantes lo que preparó. “Me parte el corazón ver a los niños chiquitos, tenemos que ayudar”, dice la mujer.

Rosario Lozada, titular de la Dirección de Atención al Migrante —organismo que ha entregado las fichas para que los migrantes obtengan una cita en Estados Unidos— reconoce que sin la ayuda de los ciudadanos el panorama sería muy distinto: “La verdad es que el apoyo es impresionante todos los días traen ropa, juguetes, la sociedad ha respondido muy bien”, explica, pero también reconoce que para los tijuanenses que residen en la zona centro, donde se concentran los migrante, la llegada masiva ha causado molestia.

Y es que cuando en los albergues no hay lugar, duermen en las calles, convirtiendo la avenida Melchor Ocampo, una de las principales arterias de la zona, en baño público.

A un lado del desayunador del Padre Chava se encuentra el súper mercado Smart And Final. Pero, desde que llegaron los haitianos han perdido clientela, pues la concentración de caribeños en su estacionamiento ahuyenta a la gente porque se hacen del baño ahí, cuenta un cajero del establecimiento.

Otros que se dicen afectados son los del mercado de artesanías, localizado enfrente del desayunador. Los migrantes pasan el día cerca de sus establecimientos y algunos se han instalado con cobijas y almohadas, desde entonces los turistas evitan bajarse de sus autos a comprar, se quejan.

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