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En calzones, el pescador prepara sus artes para sumergirse y buscar pulpos y ostiones. Sus herramientas: dos varillas sencillas, cuya punta afila con las piedras a la orilla del mar; una bolsa de nailon en la que guarda su ropa; una cámara de neumático bordeada con sencilla red, en la que cargará la pesca; visor, un par de aletas y un cuchillo de cocina.

“Esto es todo lo que necesito para trabajar, aguanto la respiración y ya. Me llevo dos, tres, cuatro horas buscando y a veces salen 300, 400 o hasta 600 pesos de lo que vendo; a veces nada, sólo pescado para comer”, dice Laurencio, buzo con 28 años de experiencia que tiene una preocupación:

“Están tirando lodo, toneladas de tierra y piedra; están dañando el arrecife de corales; si se mueren, no habrá más peces, no habrá más pulpos, no habrá pesca; están construyendo un hotel a unos metros de la playa y nos va a fregar”, señala.

El hombre se refiere a los escombros que día con día, desde hace mes y medio, tira una empresa constructora en la bahía de La Entrega, de un conjunto de 15 condominios y un hotel, de la compañía Barlovento.

Ofertan arrecife. En su sitio de internet, la firma presume que vendió el paquete de 15 condominios que ofertó con “espectacular vista al mar, acceso directo a los arrecifes y a una playa privada” anexa a La Entrega; el costo máximo de uno de ellos es de casi 7 millones de pesos.

Dicha playa es un sitio histórico, puesto que en ese lugar desembarcó con engaños el general Vicente Guerrero, el 30 de enero de 1831, donde fue hecho prisionero y entregado a sus enemigos; lo asesinaron años más tarde en Cuilápam, Oaxaca.

“Las tranquilas bahías de Huatulco son ideales para una amplia gama de deportes acuáticos. Si practicas el buceo o el snorkel te sorprenderás de la pureza de las aguas. La accidentada costa de Huatulco y sus inigualables arrecifes de coral te sorprenderán con su extensa biodiversidad submarina, a la espera de ser explotada”, ofrece.

A unos 20 metros de una pequeña playa anexa a La Entrega, decenas de trabajadores laboran en la obra, que tendrá su propio acceso carretero y camino hacia el mar; en una lluvia hace 15 días se desbordó gran cantidad de tierra, narran los pescadores.

Durante un recorrido, este diario pudo constatar escasos trabajos de protección para que el escombro no llegue a la playa; también se observó la dimensión de la obra, en aproximadamente una hectárea.

Impacto irreversible. Erick Rodríguez Zurita, prestador de servicios de la playa La Entrega, explica que presuntamente la compañía cuenta con todos los permisos para la construcción; sin embargo, acudieron al ayuntamiento de Santa María Huatulco para verificar el permiso municipal y les confirmaron que no lo había.

“No nos oponemos a que desarrollen aquí, pero que tomen las medidas necesarias para evitar afectaciones, cosa que no están cumpliendo, caen al mar toneladas de tierra y sedimentos, los cuales al tocar los arrecifes lo llevan a la muerte”, señala.

Agrega que de la actividad en la zona sobreviven unas 200 familias, entre pescadores, restauranteros, lancheros y los que rentan equipos para buceo. “El atractivo de esta playa es su parque submarino, uno de los más importantes del mundo, donde aún hay arrecifes sanos; si no se protegen, los daños serán irreversibles.

“Toda la tierra se viene sobre los arrecifes, toda la placa —al recibir la carga de tierra que trae minerales nocivos— ayuda a su destrucción, es algo irónico, porque en internet la empresa ofrece los arrecifes, no creo que los dueños estén enterados de las cosas que están haciendo”, remarca.

Laurencio comenta: “Con ríos de agua y lodo se destruye el ripio [coral], donde pican los peces; si se destruyen ya no hay de comer y se van a otra zona. Con las obras, se deslava todo el montón de tierra que tienen; como es una bahía, el lugar ya no tiene donde correr; antes se veía las concha nácar; pronto ya no va a haber”.

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