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El obispo diocesano de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, aseguró que defender el matrimonio de acuerdo con la fe no es discriminar, atacar ni incitar al odio.
El prelado sostuvo que la Iglesia no niega a nadie cohabitar con quien se quiera; “siempre lo han podido hacer, con leyes y sin ellas. Sólo luchamos porque no se califique como matrimonio a una unión entre personas del mismo sexo”, subrayó.
Argumentó que la raíz etimológica de matrimonio se relaciona con la maternidad, "que es imposible, biológicamente, en esas uniones (matrimonios igualitarios). No es cuestión sólo de palabras, sino de toda la cultura que hay atrás de las mismas. Y así como defendemos nuestra fe, tratamos de servir a los excluidos", afirmó el obispo chiapaneco.
En el documento “Defendemos, no atacamos”, el religioso expuso que la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público del país reconoce el derecho de la Iglesia a difundir lo que indican la Biblia y el catecismo de la Iglesia Católica.
Así lo aceptó, recordó, la Secretaría de Gobernación cuando "nos otorgó" la personalidad jurídica, desde 1992. Ésta es la doctrina que debemos defender; ¿por qué, entonces, nos quieren limitar este derecho? No atentamos contra el laicismo oficial, aseveró.
Pese a las prerrogativas que les otorga el marco legal, Arizmendi Esquivel denunció ataques y señalamientos contra quienes defienden el matrimonio tradicional en el país.
"¡Cuántos vituperios han recibido quienes participaron en las caminatas que se organizaron en diversas partes del país para defender la familia! Los han calificado de retardatarios, medievales, retrógrados, dogmáticos, homofóbicos, discriminatorios, incitadores al odio, cerrados al cambio de los tiempos”.
Incluso, agregó, algunos clérigos han lamentado que más de un millón de católicos hayan salido a defender el matrimonio, y que no hagan lo mismo contra las injusticias. No toman en cuenta todo lo que la Iglesia hace en la atención preferente a los pobres, sin publicidad, enfatizó el obispo de San Cristóbal de las Casas.
Yo no sé si con esos juicios" tan condenatorios", expuso, sólo estén haciendo una autodefensa de su propia vida, "pues algunos rechazan cualquier norma moral y toda referencia al Evangelio, aduciendo una libertad que sólo obedece a lo que el cuerpo, los propios sentimientos y las modas culturales aceptan como valederos", dijo.
Esta situación, puntualizó, refleja que "hacen falta católicos bien cimentados en su fe que sepan defender sus convicciones, con razones y bases humanas, también en las palestras públicas, a pesar de críticas e persecuciones".
spb