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El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, celebró el acuerdo político entre la CNTE y el gobierno para suspender el paro magisterial en Chiapas y retornar a clases, que evitó un desalojo violento que habría dejado lamentables “huellas sangrientas”; ahora la lucha política para modificar la reforma educativa debe seguir, pero mediante propuestas legislativas, afirmó.
Las soluciones políticas, destacó, son transitorias, pero muchas veces son el único camino para encontrar la paz social.
El prelado advirtió que los radicalismos y extremismos no ayudan, y se comprende que luego del levantamiento del paro, el viernes, después de cuatro meses de protestas, haya maestros y padres de familia inconformes con los acuerdos, pero debe considerarse el derecho de los niños a la educación escolarizada y el bienestar de Chiapas, acotó.
En el documento “Regreso a clases”, el obispo chiapaneco precisó que en una negociación no se puede pretender que se logren todos los objetivos de un movimiento, y que en el acuerdo político entre el magisterio disidente y el gobierno “se concedieron muchos beneficios a los maestros, que son fruto de su lucha y de sus esfuerzos. Son logros que no se pueden infravalorar”, enfatizó.
Pero, aclaró que derrocar la reforma educativa “no es asunto sencillo” que dependa de un solo grupo magisterial, sino de un movimiento que fuera más generalizado en los diversos sectores de la sociedad, si bien “en todo el país, esta reforma se está implementando sin mayor oposición”, sostuvo.
La búsqueda por modificar algunos de los artículos de la reforma educativa, debe ser la lucha a seguir, ya no con la suspensión de clases, sino con propuestas al Congreso Federal de cambios legislativos que la CNTE considere necesarios, abundó Arizmendi Esquivel.
“La lucha política debe seguir, pero llevando las propuestas ante las instancias federales pertinentes, como son los senadores y los diputados locales, porque es allá donde se resuelven los cambios de las leyes”, subrayó.
El líder católico confió en que el lunes se reanuden las clases en todas las escuelas de Chiapas. Y exhortó que en aquellos sitios donde persistiera el problema prevalezca el diálogo entren padres de familia y maestros, para que los niños no “sufran más deterioro en su educación”.
Hay que evitar la violencia, pues ésta genera más daños que beneficios, les dijo.
El obispo señaló que como diócesis se apoyaron los diálogos entre la CNTE y las autoridades, para que el respeto de “los justos derechos” de los maestros; pero “no apoyamos un paro indefinido que lesione los derechos de los niños, ni métodos que dañen a la sociedad”.
cfe