El zócalo y el centro de Tuxtla Gutiérrez recuperan la normalidad y cotidianidad tras el retiro del “plantón”, el paro y las movilizaciones de cuatro en meses de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), cuyas repercusiones económicas resienten las empresas y el comercio organizado, denunciaron representantes productivos.
Cuadrillas de trabajadores del gobierno, apoyados con camiones de volteo y pipas retiraron del centro de la capital de Chiapas más de 180 toneladas de basura, piedras y cacharros dejados en los campamentos que por cuatro meses mantuvo el magisterio disidente.
La Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CANACO) reportó que 347 empresas de diferentes giros comerciales del centro tuvieron pérdidas económicas de hasta el 100 por ciento debido al cierre de calles.
El organismo estimó que las pérdidas en comercios de otras zonas de la ciudad, fueron incuantificables por los bloqueos viales, de casetas de peje, puentes, ocupación de centros comerciales, de gasolineras y cierre del acceso al aeropuerto Ángel Albino Corzo.
Estas acciones generaron suspensión temporal de actividades, reducción o retraso en pagos de nóminas, de proveedores, de impuestos, a instituciones bancarias y despido de empleados.
El Centro Patronal de Chiapas interpuso una demanda de amparo contra los tres niveles de gobierno por omisión y negligencia en la restitución de la legalidad por los actos de la CNTE.
Incluso, aseguró que las consecuencias y pérdidas económicas por el paro magisterial fueron “peores que la de 1994”, no obstante que en aquel año se tuvo un contexto internacional “mucho más complejo” y devaluación a cuesta en la economía nacional.
Advirtió que debido a los daños que las empresas enfrentaron en ese período transcurrió una década para su reactivación. Esta misma situación podría presentarse ahora en el sector donde además se requerirá el apoyo de las autoridades, el compromiso empresarial y de los trabajadores para revertir la situación, alertó.
El negocio de pensión de autos de don Antonio fue parcialmente cerrado por los campamentos. Los vecinos colocaron una cadena en una entrada de calle para que los autos pudieran acceder.
“Buscamos y hablamos con los maestros para que nos permitieran realizar algunas actividades, en mis caso que mis pensionados pudieran guardar y sacar su coches”, comentó.
Ramiro vende refrescos, panecillos, yogurt y dulces chiapanecos en un pequeño local de la 1ª sur oriente. Observa satisfecho el retiro de los campamentos y la recuperación de las actividades cotidianas en la zona.
“ El plantón afectó a todos, es como el movimiento de una gran manecilla que mueve engranajes grandes y pequeños. El paro golpeó al comercio en general”, afirmó.
Aunque aclaró que el comercio del centro ya está acostumbrado a las movilizaciones y protestas de los maestros. “ Se fueron, pero ya volverán en otras fechas”, lamentó.
Los maestros retiraron ayer sus campamentos para retornar el lunes a los salones de clases. De su estancia de cuatro meses en Tuxtla Gutiérrez queda una pintura alusiva a su lucha contra la reforma educativa fijada en un tramo de la avenida central por el artista plástico chiapaneco Enrique Díaz.