Acapulco.— El gobernador guerrerense, Héctor Astudillo Flores, reiteró que legalizar la amapola, con fines medicinales, podría ser una alternativa para disminuir la violencia que se vive en la entidad.
Sin embargo, el representante de la ONU para las drogas en México, Antonnio Mazzitelli, advirtió que Guerrero tendría muchas dificultades al aprobarse la legalización, pues se enfrentaría a la delincuencia organizada. En la reunión, el gobernador Astudillo Flores expuso que la legalización debe darse tras una investigación seria y profunda porque, alertó, la violencia que genera alrededor del cultivo es muy delicada. “Hay que buscar otros caminos que permitan tener menos tensión, menos conflictos y menos violencia”, agregó.
Dijo que en el estado se tienen entre 10 o 12 mil lugares donde se cultiva la amapola. Es en las zonas más pobres como la Sierra y la Montaña, pues en éstas ha faltado desarrollo y la situación obliga a los campesinos a cultivar y vender la planta, con lo cual se hacen víctimas de grupos delincuenciales.
Por ello, su administración busca rutas y alternativas que permitan mejorar el nivel de vida de los guerrerenses, en especial de quienes se hallan en las áreas más apartadas del estado y que son los más vulnerables cuando se genera la violencia a causa de la disputa entre los delincuentes.
“Buscamos alternativas para terminar con el círculo vicioso de la violencia. No podemos ver cómo se están generando las cosas. Hay violencia. Y hay que decirlo también, hay una especie de esclavitud”, precisó.
Comentó que en el tema medicinal, la amapola ha arrojado excelentes resultados, como se ha comprobado en varios países. Y concluyó: “Se continuará hablando con los expertos en el tema y, sobre todo, en la promoción ante las instancias correspondientes del tema de la legalización. Ello es con la finalidad de quitarle el empoderamiento a la delincuencia organizada”.
Mazzitelli dijo estar de acuerdo con el gobernador en buscar soluciones, pero alertó sobre los problemas que surgirán entre el crimen organizada, por del difícil acceso a zonas de cultivo. “Hay que buscar soluciones estructurales en Guerrero para salir del círculo vicioso de la violencia, de la falta de desarrollo y la insuficiente presencia del Estado, lo que obliga a los campesinos a trabajar el único producto que pueden vender en donde no hay mercado y ello los hacen víctimas de grupos criminales”, aseveró.
