Juchitán.— A cinco meses de que termine su mandato, el alcalde perredista de esta ciudad, Saúl Vicente Vásquez, anunció el despido de 600 empleados municipales debido a que su gobierno tiene una deuda estimada en unos 40 millones de pesos.

Además de que está pagando a Banobras un crédito de 30 millones de pesos, el ayuntamiento juchiteco le adeuda a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) unos siete millones de pesos acumulados de abril a julio, más lo que se facture para el siguiente bimestre.

La decisión de recortar al personal del gobierno municipal “incomodó a los dirigentes” de diversas expresiones de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI), reconoció el alcalde perredista.

Tras conocer el anuncio, algunos coceístas y perredistas de la Coordinadora Democrática de Pueblos (CDP) se movilizaron y bloquearon los accesos al palacio municipal.

El alcalde también anunció que suspenderá el pago directo de las quincenas de los empleados municipales que venían cobrando los líderes de la COCEI, con la finalidad de verificar que quienes cobran en el palacio no sean “aviadores”.

En la nómina municipal cobran unos dos mil empleados, es decir, mensualmente el ayuntamiento desembolsa 11 millones de pesos.

“La situación financiera del ayuntamiento es crítica. Tenemos problemas para pagar la luz, el agua y los préstamos que se hicieron para cubrir el aguinaldo del año pasado. Tengo la comprensión de los regidores por los despidos, pero a los líderes no les gusta la idea”, señaló.

El despido de los 600 empleados afectará a simpatizantes de unas cinco fracciones de la COCEI que son dirigidas por los ex alcaldes juchitecos, como Alberto Reyna, Leopoldo de Gyves, Mariano Santana, Héctor Sánchez y Roberto López Rosado.

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