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Puerto Vallarta.— Muchos saben que la filmación de la película La noche de la iguana (1964) sirvió para impulsar a Puerto Vallarta como un paradisiaco centro turístico, donde personajes como Richard Burton, Elizabeth Taylor y Ava Gardner paseaban, sin embargo. seis años después un evento político terminó de cerrar la pinza para proyectar este punto del Pacífico mexicano como lugar de lujo, glamour y poder.

Cuenta Manuel Gómez Encarnación, cronista del puerto, que en agosto de 1970 el presidente Gustavo Díaz Ordaz decidió que Puerto Vallarta fuera la sede de las negociaciones para resolver los conflictos de límites entre México y Estados Unidos, lo que consolidó la presencia internacional.

Hoy, esa imagen ostentosa se refleja en lugares, como la zona de La Marina, donde anclan lujosos yates y se han construido imponentes desarrollos inmobiliarios; o en la zona montañosa, donde hoteles y casas de vanguardia serpentean a las orillas de la carretera que baja hasta Mismaloya.

Aquí, una noche de hospedaje en una suite de lujo de tres recámaras con vista panorámica puede costar casi 30 mil pesos; tener un penthouse de tres recámaras y tres baños implica inversiones que podrían superar los tres o cuatro millones de dólares.

La idea del lujo, o aparentar éste, se repite a lo largo de esta ciudad no sólo en los fraccionamientos u hoteles exclusivos; restaurantes y bares tampoco pierden oportunidad de hacer ver en sus cartas y precios que no son para todos los bolsillos: en algunos sitios, por ejemplo, platillos que oscilan entre 300 y 500 pesos pueden acompañarse con bebidas de más de 200 o 300 pesos.

Desde La noche de la iguana el puerto ha servido como escenario de decenas de películas disímiles tanto en producción como en temática; así, se han rodado filmes como Depredador, la famosa cinta donde Arnold Schwarzenegger pela contra un extraterrestre, o Limitless, donde Bradley Cooper interpreta a un escritor que con una droga experimental expande su mente a puntos insospechados; El magnífico y Una chihuahua de Beverly Hills son otros de los nombres de las películas donde este puerto aparece.

Al teclear las palabras “famosos” y “Puerto Vallarta”, en 0.72 segundos el buscador de Google arroja 348 mil resultados y los nombres de personajes como Lady Gaga, Justin Bieber, Kim Kardashian, Vicente Fox, Paulina Rubio comienzan a saltar de las páginas virtuales, pues todos han pasado algunas vacaciones en esta playa.

Sin embargo, el origen de Puerto Vallarta es muy distinto, el cronista Gómez Encarnación explica que la corta historia de esta ciudad (165 años) se puede dividir en tres periodos ligados a su vocación económica o turística.
El primero comienza el 12 de diciembre de 1851, con la fundación de Las Peñas, un pequeño pueblo creado para recibir los productos de ultramar que llegaban al país para los pueblos mineros de la cercana zona serrana, como San Sebastián del Oeste o Mascota.

Esta etapa se extendió hasta el inicio de la Revolución Mexicana, que por estas tierras pareció un suceso lejano, explica el historiador; eso y el cierre de algunas minas de la zona provocó que la región se convirtiera en una especie de refugio para quienes querían escapar del conflicto armado.

En 1918, por acuerdo del Congreso de Jalisco, se creó el municipio de Puerto Vallarta y su vocación viró hacia la de haciendas productoras.

En la década de los 50, el entonces gobernador, Agustín Yáñez emprendió un ambicioso proyecto para colonizar la costa de Jalisco y Puerto Vallarta se convirtió en un nodo fundamental.

En 1964 el Posada Vallarta se ostenta como el primer hotel moderno y tres años después la cadena Camino Real establece uno de sus hoteles y la promoción de este destino se hace también en el extranjero principalmente en el noreste de Estados Unidos.

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