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San Juan Chamula
Una corona de crisantemos blancos es transportada por dos tzotziles al altar donde está el cuerpo de quien fue síndico del ayuntamiento, Narciso Lunes Hernández, quien profesaba la fe católica, y en la cinta se lee: “Nuestras más sentidas condolencias OPEACH”.
La Organización de los Pueblos Evangélicos de los Altos de Chiapas (OPEACH) fue fundada en 1995 por Manuel Collazo Gómez, integrante del último grupo de 584 tzotziles que fue desterrado violentamente de San Juan Chamula en 1993, por adherirse al protestantismo.
La presencia de un líder evangélico y sus correligionarios en el velorio de Narciso —éste, parte de la élite política que alentó las expulsiones de sus hermanos por convertirse al protestantismo—, que en 20 años dejó una secuela de más de 35 mil tzotziles expulsados, era impensable hasta 1966, cuando se habían enfrascado en una cruenta guerra en Chamula.
—¿Qué hacen los evangélicos en el velorio de Narciso?
—Como comunidad evangélica vinimos a manifestar nuestras condolencias. Este es un momento de unión, responde Collazo Gómez.
Guerra entre tzotziles. A principios de la década de los 90 se formó el grupo armado Guardián de mi hermano, integrado por jóvenes evangélicos que recibieron adiestramiento militar de un misionero protestante que fue parte de las Fuerzas Armas de Estados Unidos.
Entre el 18 y 19 de noviembre de 1995, cuando los caciques intentaron expulsar a familias evangélicas en la comunidad Arvenza I, un grupo armado de 40 caciques del PRI chocó por primera vez con Guardián de mi hermano, con saldo de seis católicos muertos, según las autoridades, aunque organismos de derechos humanos saldaron en 20 el número de víctimas.
En julio de 1994, jóvenes evangélicos raptaron al alcalde de Chamula, Domingo López Ruiz, al que mantuvieron retenido en una casa de seguridad ubicada en San Cristóbal de las Casas.
Sentado en una silla y atado de pies y manos, el alcalde observó a jóvenes armados con cuernos de chivo; uno, le colocó una pistola 9 milímetros en la sien y los testículos para pedirle que calmara a los caciques católicos contra el pueblo evangélico.
El 13 de noviembre de 1997, los evangélicos tendrían una de las bajas que más lamentarían, cuando fue emboscado el tesorero de la OPEACH, Salvador Collazo, en el paraje Naichintic, en los límites de la Quinta de San Martín, del municipio de San Cristóbal de las Casas. En el atentado también murió Marcelino Gómez López.
En marzo de 2002, el gobernador Pablo Salazar Mendiguchía, quien recibió el voto masivo de la OPEACH como candidato del PRD, PT, Movimiento Ciudadano, PAN y otros partidos, encarceló a Manuel Collazo Gómez, acusado de encabezar disturbios en el mercado José Castillo Tielemans.
El líder evangélico que estuvo preso en los penales de Cerro Hueco, El Amate, Copainalá y Comitán, quedó en libertad el 4 de octubre de 2010.
Para ese tiempo, Mario, el hermano de Manuel Collazo Gómez, nativo de Cruz Chot, donde sus hermanos y padres decidieron abrazar el protestantismo, entabló amistad con líderes del PVEM, quienes pedían se afiliaran a este partido porque era seguro el triunfo del candidato Manuel Velasco Coello, para 2012 a la gubernatura.
En ese proceso electoral, Mario compitió como abanderado del Verde a la alcaldía, pero perdió frente al candidato del PRI, Sebastián Collazo Díaz.
“En Chamula no había Partido Verde. Yo fui el primer candidato”, dice el menor de la dinastía de los Collazo.
“Yo cuando perdí la elección, le pedí a Sebastián que respetara a todos los partidos políticos y las distintas iglesias que hay en Chamula”, dice el líder que a diferencia de sus hermanos es católico tradicional.
También le dijo a Sebastián que en ese momento “acababa el proceso de competencia política”.
Pasaron tres años para que el PVEM se alzara con la victoria en San Juan Chamula, cuando Domingo López González venciera por primera vez al PRI, por más de 50% de la votación.
Nueve meses después, el PVEM se quedó sin alcalde y le correspondía ascender como alcalde sustituto al primer regidor Mateo Gómez; el proceso de unción fue consultado entre habitantes de los barrios San Sebastián, San Juan y San Pedro, el Congreso local y habitantes de 162 comunidades.