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Asunción Nochixtlán.— A un mes de que mataron a su hijo, doña Clara Gómez Santiago tiene los ojos secos, la mirada triste y el rostro cabizbajo. La mujer pide justicia. “Que castiguen a policías que hizo masacre”, dice con un español dificultoso.
Su hijo, Yalid Jiménez Santiago, fue uno de los ocho muertos del 19 de junio en el enfrentamiento entre policías federales e integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); 30 días después, desconfía de todo, no cree en nadie.
“No se ha resuelto nada, lo que yo pido que se hagan las cosas como es, porque la verdad da mucha tristeza con el gobierno, que a veces, no los quiero ofender, pero a lo mejor están detrás de ustedes (los medios de comunicación), porque no dan las noticias como debe ser”, reclama.
En la tumba del joven colocó una cruz de metal y gladiolas blancas. “Mártires del movimiento del 19 de junio de 2016”, dice el epitafio.
“Venían a matar”. Ese domingo, de acuerdo con testimonios que recabaron organismos civiles, alrededor de las 05:20 horas llegaron los policías a Nochixtlán; a las 07:30 horas inició el desalojo a la altura del puente sobre la supercarretera. Una hora después, “desde la iglesia y radios locales se escuchan llamados de auxilio para sacar a los heridos”.
Desde las 09:20 horas comenzaron las detonaciones de armas de fuego.
Uno de los testimonios da cuenta del hijo de doña Clara: “El difunto llevó por nombre Yalid Jiménez (29 años). Él cayó al frente.
“Según versiones de los que estaban ahí, es que cuando empezó el rafagueo todos se tiraron al piso y él quiso irse hacia los árboles y casi le apuntaron, por eso. Dicen que recibió tres balazos, uno en la pierna, uno en el abdomen y otro en el brazo. Entonces eso quiere decir que venían a matar”, relata.
Ayer, cerca de las 11:00 horas, unas 2 mil personas, entre pobladores e integrantes de la CNTE, partieron en marcha de la supercarretera Oaxaca-Cuacnopalan.
En un mitin en el Zócalo de Nochixtlán, uno de los integrantes de la CNTE, Onorino López Pacheco, representante del sector, denunció que pese a la segunda visita del subsecretario de Derechos Humanos, Roberto Campa, quien acudió el lunes, hasta el momento no ha sido suficiente la ayuda para los heridos.