San Luis Potosí.— Rosa Margarita Ortiz, casada y madre de familia, muestra las huellas de la violencia en el rostro; se siente triste, indignada. Dice que no descansará hasta que se castigue al sujeto que la golpeó, asaltó y violó en un autobús foráneo de ETN que iba del Estado de México a San Luis Potosí.

Contar la agresión en redes sociales para exigir justicia generó reacciones de solidaridad y atención de las procuradurías de justicia, pero también amenazas, algunas de muerte, y denostaciones hacia ella y su esposo, dice.

Las personas que la han descalificado deben tener en claro quién es la víctima. “Nadie me va a parar hasta que se me haga justicia”.

La mujer tiene dos fracturas en la nariz por el ‘cachazo’ que le dio el violador, lleva un tratamiento profiláctico para prevenir una enfermedad sexual que le genera efectos de una quimioterapia; además, acude con un terapeuta junto con su hija porque ella también iba en el autobús.

En este proceso, dice, no habla sólo por ella, sino por todas las mujeres, a quienes insta a denunciar y a no callarse si son abusadas o violadas.

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