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La apertura del gobierno federal y del Congreso de la Unión, para atender las demandas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), “es clave” para avanzar en lo que los maestros consideran justo, pero esta disposición deben ser de ambas partes que están sentados en la mesa, para evitar choque y enfrentamientos, consideró el obispo Felipe Arizmendi Esquivel.
En su mensaje dominical, se congratuló que se haya abierto otra vía de atención de los maestros, como fue que la Comisión Permanente del Senado, pues finalmente, fueron los legisladores los que aprobaron la reforma educativa.
Consideró que la propuesta ciudadana para elaborar una nueva reforma educativa, no debería ser rechazada, ya que así lo contempla el marco legal: que el pueblo proponga cambios legislativos.
Esto sería “un paso significativo y eficiente”, por lo que es el momento de “elaborar una propuesta de reforma educativa que sea integral, no solo laboral y administrativa.
“Es importante que continúen las mesas de diálogo, para analizar los aspectos políticos, educativos y sociales”, pidió el obispo.
Agregó que sí se hace la revisión a la reforma, es para hacerle cambios “que sean necesarios”.
Hasta ahora, se ha aceptado revisar puntos de la evaluación a los maestros, para que se incorporen a las “diferentes circunstancias de los estados”.
Arizmendi Esquivel consideró que “por fortuna” hay disposición en la parte oficial para revisar el modelo educativo para que se mejore, lo que implicaría revisar el contenido de los libros de texto, resaltar materias como los valores del civismo que lleven a formar buenos ciudadanos.
Además se debe revisar la educación sexual que se imparte en las escuelas, “para que no sea solo información genital e incitación a un degenere libertino”, así como “revisar las competencias de los padres de familia y demás actores sociales”.
Luego dijo que “los buenos maestros” no son los que “perjudican a la sociedad, sino que educan para que haya paz social y convivencia pacífica”.
afcl