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A tres semanas de que se cumpla un año de la primera devastación y relleno de manglares en “Malecón Tajamar”, y a casi seis meses del segundo gran desmonte que detonó una oleada de indignación nacional e internacional, la naturaleza florece en el polígono de 74.8 hectáreas y la cobertura vegetal recobra su esplendor.
En tanto, jueces federales analizan una veintena de amparos; organizaciones y ciudadanos anuncian que han obtenido más suspensiones definitivas que impiden que particulares inicien obras en sus predios, empresarios se mantienen a la expectativa sobre las resoluciones de jueces y las acciones que habrán de emprender y autoridades ambientales advierten que los propietarios que deseen desarrollar sus lotes, tendrán que tramitar su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
“Las autorizaciones que estaban vigentes para desarrollar Tajamar perdieron su vigencia. Los propietarios de los 44 lotes que conforman las hectáreas de lo que se conoce como Tajamar, tendrán que solicitar ante la Semarnat una autorización de impacto ambiental. Hasta el momento no hay ni una sola que se haya presentado.
“(…) Por lo pronto los terrenos se conservarán en el estado en que se encuentran. Cada propietario de cada lote tendrá que solicitar su autorización de impacto ambiental; a la fecha ninguno lo ha solicitado. No hay ningún permiso vigente para desarrollar Tajamar”, advirtió en entrevista el titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Guillermo Haro Belchez.
La vida regresa a Tajamar
Un recorrido hecho por EL UNIVERSAL permite observar que en la zona, en donde las máquinas y los trabajadores contratados por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) desmontaron y rellenaron manglares, selva y sabana, renace la vida.
Los lotes que lucían secos, sin hierbas de ningún tipo, se han repoblado de vegetación diversa, aunque hay espacios en donde el agua del humedal permanece estancada.
Los predios públicos que fueron desmontados irregularmente, con autorización del gobierno del presidente municipal de Cancún, Paul Carrillo, también se han ido recuperando, excepto en la zona en donde se permitió el relleno o desecación del humedal.
Si bien el síndico Guillermo Brahms habría asegurado que se iniciaría una investigación para determinar al responsable de haber autorizado que el patrimonio municipal fuera devastado igual que el resto del polígono, ni el munícipe ni otra autoridad han dado una explicación de lo ocurrido, ni procedido legalmente para fincar responsabilidades.
En el sitio han nacido crías de cocodrilo y los cancunenses que hace meses acudían a observar la veloz e inusitada devastación provocada, ahora vuelven para admirar cómo en seis meses el paisaje desolador ha ido transformándose naturalmente.
La vegetación reverdece y resurgen especies de flora y fauna silvestre, así como de aves.
El trance legal
El presidente de la asociación “La Tierra es nuestra casa”, Carlos Gamboa, informó que se cuenta con cuatro suspensiones definitivas, otorgadas por el Juzgado Quinto de Distrito: 71/ 2016 B-4, 72/2016 C-5, 73/ 2016 D-8 y 74/ 2016 E-10.
Estas suspensiones definitivas impiden el desarrollo de construcciones en el polígono, en tanto se resuelvan los juicios iniciados por la agrupación ciudadana.
Lo relevante es que el juez Quinto, Ciro Carrera Santiago, resolvió no condicionar la suspensión definitiva a la exhibición de una garantía, es decir, a la presentación de una suma millonaria de dinero, como hizo el Juzgado Cuarto de Distrito que, en noviembre del 2015, pidió 22 millones de pesos a los 113 infantes que se ampararon en contra de la autorización de impacto ambiental que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó al Fonatur el 28 de julio de 2005.
El razonamiento de Carrera Santiago se basa en la resolución de un Tribunal Colegiado que consideró que no debe exigirse la garantía contemplada por el artículo 132 de la Ley de amparo, en virtud de que aunque existan terceros perjudicados con la suspensión de obras “debe privilegiarse que no se dañen de manera irreparable los manglares de la zona de Malecón Tajamar, lo que no puede estar a expensas de una garantía, ya que sería privilegiar derechos individuales sobre derechos colectivos de índole ecológico”.
Improcedente, el recurso de “Guardianes Manglar Cancun”
El procurador ambiental, Guillermo Haro, adelantó que declarará “improcedente” el recurso de revisión promovido por el movimiento “Guardianes Manglar Cancún”, en contra de la resolución emitida el siete de junio pasado por la dependencia, en el cual se exculpa Fonatur por la devastación de manglares en “Malecón Tajamar”.
Haro Belchez indicó en entrevista que el recurso que presentó Katherine Ender, a nombre del movimiento ciudadano, “está mal planteado; mal fundamentado y planteado en contra de una autoridad que no emitió el acto”.
“Fonatur cumplió, de acuerdo con nuestra inspección, con todos los términos y condicionantes de esa autorización (emitida el 28 de julio de 2005), por tanto desestimamos, desechamos la queja interpuesta por estos grupos ambientalistas”, sostuvo, respecto a los desmontes hechos el 16 y 17 de enero pasados.
Explicó que los caminos que les quedan a los activistas y ciudadanos involucrados en la defensa de “Malecón Tajamar”, es impugnar la resolución de la Profepa, a través del recurso de revisión, el juicio de nulidad o la demanda de amparo.
spb