Un centenar de reos procesados y sentenciados que estaban provisionalmente en la cárcel de Torreón fueron regresados al Centro Penitenciario Varonil de Saltillo, informó el secretario de Gobierno, Víctor Zamora Rodríguez.

Los 100 convictos, muchos de los cuales van a estrenar celdas y están encarcelados por cometer robo, homicidio y otros delitos del fuero común, viajaron este miércoles desde la Región Laguna en un autobús alquilado por el Gobierno del Estado.

Su recorrido fue escoltado por un fuerte dispositivo de seguridad de patrullas de la Policía Estatal Fuerza Coahuila y unidades con elementos del Ejército Mexicano.

Todos ellos se encontraban en el reclusorio local porque son originarios de los municipios de la región sureste del estado (Saltillo, General Cepeda, Ramos Arizpe y Arteaga) pero en octubre de 2015 se dispuso su traslado a Torreón en lo que se construía un nuevo módulo donde albergarlos, el cual ya está listo y tiene capacidad para 160 reclusos.

Cada una de las celdas, que serán ocupadas por quienes se encuentran procesados y en espera de sentencia, cuenta con cuatro camastros y sanitarios, lavabo y regadera. En los accesos al edificio hay rampas y espacios para personas con discapacidad, de modo que cumple con los estándares internacionales.

Para evitar la sobrepoblación penitenciaria y proporcionar instalaciones dignas que garanticen el respeto a los derechos humanos de los internos, por instrucciones del gobernador, Rubén Moreira Valdez, este es el segundo módulo que se construye en el penal de Saltillo.

El primero que cuenta con capacidad para 234 reos lo inauguró Víctor Zamora Rodríguez el 23 de febrero del 2015. Con este suman 394 nuevos espacios solo en la prisión local.

Este módulo, que forma parte del proceso de dignificación penitenciaria, cumple con las normas internacionales que marca la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la rehabilitación de las personas privadas de su libertad, aseguró el funcionario.

Asimismo, dijo que este tipo de acciones se seguirán realizando, en respeto irrestricto a los Derechos Humanos de los internos para ayudarles en el proceso de rehabilitación, en lo que pagan su condena y que al salir de la cárcel no reincidan en conductas antisociales.

afcl

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