Zacatecas.— Autoridades universitarias y familiares de Jobany Torres, quien cumplió 14 días detenido en Nicaragua, tienen la esperanza de que en dos días más pueda ser repatriado a México, luego de que la defensa legal presentó la solicitud para que se realice una audiencia especial, y no esperar hasta el 27 de junio.

En entrevista, tanto Carlos Torres, hermano de Jobany, como Rubén del Pozo, director de la Unidad de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), coincidieron en que esa es la más reciente notificación que han tenido por parte de la defensa legal que lleva directamente la Cancillería de México en Nicaragua.

Carlos dijo que al terminar la audiencia preliminar que se realizó este lunes en Nicaragua, logró que lo comunicaran vía telefónica con Jobany, quien le manifestó que “estaba bien”.

“Me dijo que no nos preocupáramos, que esperaba pronto ya estar en México. Nosotros esperamos que así sea, porque aunque nos dice que está bien, mi familia está desesperada y sufriendo. Lo único que queremos es que ya regrese a Zacatecas”.

Refiere que su familia quería trasladarse a Nicaragua, pero el Consulado mexicano les dijo “que no tendría caso, porque las autoridades no nos dejarían ver a Jobany”.

Carlos comenta que verlo en la audiencia judicial y hablar telefónicamente con él le da “cierta tranquilidad” a sus familiares, pero admite que al mirar las fotografías de su rostro con moretones y sus ojos enrojecidos, “la tristeza los ha invadido”.

Rubén del Pozo asegura que “es falso que Jobany Torres haya tratado de simular su desaparición” para perjudicar a un gobierno, cuando lo único que ocurrió fue que decidió no culminar sus prácticas profesionales en la mina a la que fue asignado y salió, sin reportarse, del municipio de Bonanza rumbo al aeropuerto de Managua.

Del Pozo aclara que debido al convenio de colaboración que la UAZ tiene con la empresa Hemco por el intercambio de estudiantes zacatecanos para realizar sus prácticas profesionales, la empresa fue la primera en reportarle la desaparición de Jobany el 31 de mayo, situación que también la mina notificó tanto a la embajada de México en Nicaragua como a la Policía Nacional nicaragüense para que se iniciara la búsqueda del joven.

Y agrega: “Creo que todo ha tomado un vuelco inesperado y se ha magnificado. Era algo tan sencillo decirlo así tal cual ocurrió. Jobany debe decir la verdad completa, no una verdad a medias, porque eso ha tomado otras dimensiones legales y no veo por qué deba aceptar esa imputación de simular un delito, eso jamás ocurrió”.

Rubén del Pozo comenta que probablemente Jobany sentía mucha presión por estar aislado de su país y de su familia. Refiere que al parecer también el joven estaba presionado por entregar un reporte final a la empresa como parte de sus prácticas profesionales: “Quizá alguna de las dos razones, o ambas, lo orillaron a irse sin concluir sus prácticas desde el 31 de mayo, sin avisar ni a la empresa ni a sus compañeros”.

Sin embargo, el director comenta que tiene conocimiento de que, en este lapso, Jobany mantuvo comunicación con sus familiares, ya que a ellos les pidió dinero para regresar a México.

Relata que por esa desesperación de regresar a México, mencionó a sus familiares que “sentía que lo estaban persiguiendo y que lo querían matar”. El director universitario considera que simplemente tenía el deseo de volver a Zacatecas. Supo que sus familiares lo tranquilizaban para que esperara a concluir su estancia.

Lamentablemente —dice— fue detenido y se complicó todo. Insiste en que el muchacho sólo se sentía mal y presionado, “simplemente decidió no culminar con su estancia profesional”, pero no entiende por qué ahora se le acusa de “simulación de delito”.

Explica que la defensa legal la gestionó la Universidad Autónoma de Zacatecas ante la empresa minera, pero la embajada de México seleccionó al abogado que lleva el caso.

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