Cientos de personas despidieron a los 11 integrantes de una familia que el viernes pasado fueron asesinados en el municipio poblano de Coxcatlán.
Los féretros de los cinco hombres, cuatro mujeres y de los dos niños asesinados en la comunidad El Mirador dieron su último paseo por las calles de esa región asentada en la Sierra Norte de Puebla, donde un comando ingresó a dos humildes viviendas y mató a los integrantes de una familia.
El sacerdote Anastasio Hidalgo, de la parroquia de San Juan Apóstol, ofició la misa donde familiares y amigos de las víctimas despidieron a los suyos entre lágrimas y abrazos.
En féretros color café yacían los restos de la señora Plácida Sánchez Martínez de 59 años y de Ángela de 30 años, Ángel de 23 y Jony; mientras que en los pequeños ataúdes en color blanco sus nietas Monserrat de 10 y Carolina de 9 años.
También los restos de Baltazar Sánchez Montalvo de 42 años y su esposa Isabel Hernández Sánchez, de 43; así como de sus hijas, Silvia y Belén y el esposo de esta última, vieron a cientos despedirse.
El acalde del lugar, Vicente López de la Vega, informó que fueron enviados elementos de la Policía Municipal a resguardar la comunidad, pero reconoció que los agentes son insuficientes para cuidar a los habitantes de cuatro juntas auxiliares y 17 comunidades.
En entrevistas para medios locales, reveló que se solicitó al Ejército Mexicano la presencia en el lugar de la matanza para resguardar al resto de la familia que vive con temor de otro ataque armado.
La Fiscalía General del Estado insiste que la principal línea de investigación es un pleito personal encabezado por un sujeto que hace años violó a una de las víctimas y juró vengarse si lo denunciaban.
spb