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El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, apoyó la demanda de diálogo de la CNTE con el gobierno federal, porque la reforma educativa no compete a los gobiernos locales, aunque planteó que los maestros busquen también dialogar con los legisladores quienes aprobaron dicha ley, “la cual no la cambia el Ejecutivo, sino el Legislativo”.
A 26 días del paro magisterial y tras hechos vandálicos en Palenque y los agravios a docentes en Comitán de Domínguez, el dirigente católico pidió que las movilizaciones magisteriales sean pacíficas, que no permitan que se les introduzcan desestabilizadores profesionales y que eviten destrozos a los bienes de terceros y a edificios públicos “que son de la comunidad”.
Que eviten bloqueos “que convulsionan y dañan a Chiapas”, les reiteró.
Asimismo, que no afecten los derechos de los niños a tener las clases, en la medida de lo posible:“ Hay que analizar seriamente cómo salvar el presente curso escolar, pues los niños son los primeros que tienen derechos, que no se pueden pisotear”, les dijo.
Pero también se deben respetar los derechos de los padres de familia, que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, si ellos piden clases para sus hijos, no puede haber oídos sordos, argumentó el obispo.
En el documento “Maestros, adelante, con verdad y justicia”, Arizmendi Esquivel expuso su comprensión y respeto por la lucha magisterial y por sus justos derechos
“Es su derecho y su deber marchar por la defensa de lo que en justicia les corresponde, si en verdad la reforma educativa les perjudica, no dejen de manifestar su inconformidad, la resignación pasiva ante lo que en verdad fuese una injusticia, no es digna de ustedes”, enfatizó.
Afirmó que si la llamada reforma educativa perjudica a los maestros, “que no es integral, sino sólo administrativa y laboral”, apoyamos su lucha por que se revierta, si la Iglesia está comprometida con la justicia, mal haríamos en no solidarizarnos con quienes luchan por sus justos derechos”, subrayó.
Sin embargo, pidió estar bien informado sobre los alcances verdaderos de dicha reforma.
Si se refiere que, al no presentarse los maestros a su evaluación, pierden su trabajo y sus derechos laborales, entiendo que la ley no dice eso, sino que dejan de dar clase ante un grupo, pero no pierden su trabajo; sólo los cambian a un puesto administrativo y no tienen oportunidad de ascenso en el escalafón, expuso.
Así como si se afirma, que la reforma lleva a la privatización de la educación, yo no advierto eso en la nueva ley, pues la Constitución ampara que debe ser gratuita.
“No son los padres quienes han de pagar a los maestros, ni los libros, ni la construcción o reparación de escuelas, eso se cubre con los impuestos que se pagan, más bien, el dejar tanto tiempo sin clases a los niños es lo que está propiciando que más padres de familia opten por enviar a sus hijos a escuelas privadas, aunque les cuesten”, arguyó.
Insistió en que por ello se deben conocer bien los alcances de la reforma educativa.
afcl