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Hermosillo.— En el domicilio número 159 de la calle Ferrocarrileros y Ejido Final, a dos cuadras de donde se ubicaba la Guardería ABC, están de luto; hay un féretro con el cuerpo del joven Francisco Antonio Ibarra Moreno, un héroe de la tragedia infantil ocurrida el 5 de junio de 2009.
Una madre llora a gritos la pérdida de su hijo de 22 años. Sobre el ataúd hay flores que le colocó su novia, un chocolate que le ofrendó Martha Moreno Arellano, su madre, y un bote de cerveza que le dejaron sus amigos.
En la pequeña sala de su casa lo acompañan sus familiares y amigos cercanos. Están tristes, desolados, con la mirada en el suelo. Aún no pueden creer que el infortunio haya tocado esa puerta.
Afuera del domicilio hay decenas de personas bajo una carpa para protegerse de un sol de alrededor de 40 grados centígrados.
Es casi mediodía; sus amigos están bajo un árbol, el mismo donde estaban hace casi siete años cuando llegó la señora Martha llamándolos a gritos desesperados porque se estaba quemando la Guardería ABC.
Entre llantos, la señora recuerda ese día, cuando sus dos hijos estaban con otros adolescentes debajo del árbol que está casi frente a su casa.
“Vi a una muchacha que venía corriendo pidiendo ayuda y yo los busqué, fuimos los primeros que llegamos, iban El Negro, El Cayetano, El Pitufo, su otro hijo José y El Chapo”, como le apodan a Francisco Antonio Ibarra Moreno, entre otros.
El recuerdo más doloroso que tiene con su hijo, y que no borra de su mente, fue cuando participaban en el rescate de los niños: levantó el cuerpo de una pequeña que parecía muñeca de plástico y en pleno shock se lo entregó a Francisco Antonio en las manos.
Esa imagen los hizo más cercanos, siempre los persiguió y hablaban de ello una y otra vez.
“Mi hijo era bueno, tenía sentimientos muy nobles, él rescató a siete niñas y niños, unos ya sólo eran cuerpecitos, habían muerto”.
Una madre nunca se repone de la pérdida de sus hijos. “¡¿Qué voy a hacer?!, mi hijo el más pequeño se me fue”, dice entre gritos y llanto.
En el lugar hay más de 80 personas y más de 30 vehículos: muchos jóvenes despidiendo al amigo.
Martha dice que sacará el féretro y lo pondrá abajo del árbol, donde siempre estaba con sus amigos.
Hoy sábado 28 de mayo, a las 8:00 horas se lo llevarán al pueblo de Cobachi, a 101 kilómetros de esta capital, hacia la sierra de Sonora, de donde son originarios.
Lo mataron en Agua Prieta. El reporte de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sonora (PGJE) detalla que el pasado miércoles, a las 14:00 horas, se registró la muerte de Francisco Antonio Ibarra Moreno en el kilómetro 40 del camino de terracería que conecta a Agua Prieta con el ejido Colonia Morelos.
Falleció en una ambulancia cuando era trasladado para recibir atención médica de emergencia, luego de que alguien le disparó tres veces.
De acuerdo con las investigaciones, aparentemente fue agredido por Alejandro “N”, de 24 años, quien al parecer, luego de dispararle a Francisco, se suicidó con un tiro en la cabeza.
El presunto homicida fue localizado muerto a un costado del camino de terracería; empuñaba en su mano derecha un arma de fuego calibre 9 milímetros. Tenía el cargador abastecido y se lograron asegurar cuatro casquillos percutidos y un cartucho útil.
Aquella noche se realizaron las indagatorias y acudió al lugar de los hechos el agente del Ministerio Público del Fuero Común del Sector 1, con personal de servicios periciales y medicina legal.