El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, monseñor Salvador Rangel Mendoza, ha causado polémica en Guerrero en los últimos meses.

Llegó en 2015 a la capital de la entidad, luego de que el papa Francisco lo nombrara obispo en sustitución de Alejo Zavala Castro. Salvador Rangel, quien fue obispo de Huejutla, Hidalgo, pertenece a la Orden de los Frailes Menores de San Pedro y San Pablo, en Michoacán.

Fue nombrado obispo de Huejutla el 12 de marzo de 2009 por el papa Benedicto XVI y fue responsable de la Dimensión de la Vida Consagrada de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

El hombre ha sido crítico con el gobierno de Guerrero en cuanto a la falta de respuestas con la gente en las comunidades y ha opinado sobre varios temas; el más delicado: la delincuencia organizada. El pasado 8 de mayo declaró que integrantes del grupo Los Ardillos— quienes mantienen una disputa con Los Rojos en Chilapa, según la PGR— se hicieron con el control del municipio de Zitlala, vecino a Chilapa.

El hombre, quien tiene en la sala de la casa obispal fotografías con los papas Benedicto XVI y Francisco, y que al caminar deja la estela de un perfume amaderado, señaló que él no está de acuerdo con los padres que comulgan con los movimientos que se salen de la norma. Él es un sacerdote ordenado que se apega a la verticalidad institucional.

A su salida de la diócesis, diversos sectores de la Huasteca lamentaron que el prelado se fuera sin responder por el encubrimiento a un cura pederasta, además de tener al menos dos denuncias penales por difamación y daño moral.

En Guerrero ha mantenido una postura crítica y en favor de la legalización de la amapola, incluso de la marihuana. 

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses