Como hace 18 años, José Antonio Estefan Garfias volverá a contender contra un Murat. El candidato de la alianza CREO (PRD-PAN) al gobierno de Oaxaca afirma que la contienda electoral será sólo entre dos candidatos: él y Alejandro Murat, hijo del ex gobernador José Murat Casab, con quien compitió hace años por la candidatura del PRI al gobierno oaxaqueño.

Detalla que la contienda será entre dos. “Tanto una coalición como otra tienen que recoger sus varas caídas. Mi designación fue democrática, validada por el Tribunal, el consejo electivo fue válido. Allá tienen otra manera unilateral de decidirlo”.

¿Cuáles son sus propuestas?

—Determinar que hay dos Oaxacas y quien proponga que todo se solucione con situaciones neoliberales, no le encontrará salida.

El combate a la pobreza y la marginación, con reales proyectos productivos que permitan despertar esas potencialidades que tenemos, será un eje fundamental.

 ¿Pero será complementario con otros ejes?

—Sí, creo que el establecimiento de políticas públicas en materia de desarrollo sectorial (campo, turismo, sector servicio y comercio), tendrán que ser otros ejes, pues a nivel nacional no tenemos políticas para el campo ni turismo, nuestras potencialidades.

Hay otras prioridades en las comunidades apartadas: agua potable, accesos e infraestructura escolar.

Ese es un primer Oaxaca, ¿cuál sería el segundo?

—El que tiene encausadas potencialidades económicas. Tenemos un corredor entre Puerto Escondido y Huatulco y necesitamos políticas que detonen el desarrollo turístico, con empleos bien remunerados. Necesitamos que esa zona económica especial, se concrete en el Istmo.

Tenemos que revisar si el Puerto de Salina Cruz cumple las condiciones de una zona económica especial.

¿Qué es lo que padece Oaxaca?

—No tiene una localidad que capte arriba de mil millones de pesos anuales. Tenemos un olvido de la aportación de infraestructura por parte del gobierno federal. Hace ocho años no podemos terminar dos carreteras de 250 kilómetros licitadas por el gobierno, a través de concesiones.

¿También hay responsabilidad estatal?

—Todos somos responsables de lo que pasa en Oaxaca. Se cometieron errores y lo debo reconocer, pero hemos fallado todos: políticos, gobierno, medios, parte de la sociedad.

 ¿Qué errores?

—La corrupción, el chantaje  y el soborno, no existían en Oaxaca hace 20 años.

Tras romper con Benjamín Robles, ¿hay una operación cicatriz en la alianza PRD-PAN?

—Concluiría diciendo que la contienda será entre dos. Tanto una coalición como otra tienen que recoger sus varas caídas. Mi designación fue democrática, validada por el Tribunal, el consejo electivo fue válido. Allá tienen otra manera unilateral de decidirlo.

¿El PRI decide por dedazo?

—Yo así le llamaba cuando estaba por allá [en el PRI].

¿Perjudica el apellido Murat al candidato del PRI?

—No es precisamente por invocar la sangre con la que reclaman venir a gobernar, porque si reclamaran la sangre presumirían el apellido.

¿Se espera guerra sucia?

—Va a ser una competencia complicada. Oaxaca espera propuestas, transparencia, verdades que construyan. Yo no voy a iniciar una guerra sucia. Sólo con decir dónde nací, estudié, dónde nacieron mis hijos, dónde me casé, dónde vivo, es más que suficiente. Eso no es guerra sucia.

¿Es usted el delfín de Gabino Cué, como lo califica Benjamín Robles?

—No.

¿Buscará un acercamiento con el magisterio?

—Proponemos la defensa de los derechos legalmente ganados por la lucha magisterial. En contraparte, al magisterio le pediremos ciclos escolares completos y niveles de calidad educativa.

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