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misael.zavala@eluniversal.com.mx
Alejandro Murat Hinojosa no confía en los números de las encuestas que lo colocan arriba de sus contrincantes, y adelanta que aventará “el resto” en los 60 días de campaña rumbo a las elecciones del 5 de junio.
El candidato a gobernador de la alianza Juntos Hacemos Más, conformada por PRI-Panal-PVEM, arrancó campaña ayer con una sorpresa: reveló sus declaraciones fiscal, patrimonial y de intereses (el 3 de 3), además lanzó una estrategia fundada en 600 compromisos y seis ejes, semejante a la que llevó en 2012 a Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República.
En entrevista con EL UNIVERSAL, desde la casa que ocupó su familia cuando su padre, José Murat Casab, competía por la gubernatura de Oaxaca, declara que el ex mandatario no será un lastre para su candidatura.
Reconoce que los escándalos por las supuestas propiedades de su familia en el extranjero pueden ser usados en su contra por sus adversarios. Para blindarse de esos posibles ataques, presentó su declaración 3 de 3 (declaración fiscal, patrimonial y de intereses), y propone dos iniciativas a diputados: la Ley 3 de 3 y la fiscalía anticorrupción.
Detalla su estrategia de campaña, en la que lanzará 600 compromisos a la ciudadanía; de llegar a la gubernatura, buscará atender 100 por año. Serán seis grandes ejes los que trabajará como plan de gobierno: desarrollo social y pobreza, desarrollo económico y competitividad, sustentabilidad, salud, seguridad, cultura y deporte.
¿Cuál es el punto medular de su estrategia para llegar a la gubernatura de Oaxaca?
—La campaña va a estar fundada en el precepto de compromisos públicos. Estamos planteando alrededor de 600 compromisos para poder atender 100 por año. Si queremos restituir la confianza de la ciudadanía es fundamental informar a qué se compromete el candidato, para que después se midan esos compromisos, su avance y el uso de los recursos públicos.
¿Cómo elegirá los compromisos?
—Serán producto de las propuestas ciudadanas, tenemos mesas en diferentes sectores y segmentos de la ciudadanía, sobre infraestructura, salud, el tema de medio ambiente, el tema de seguridad y prevención del delito, sobre género, deporte, entre otros.
¿Los compromisos son generales o van dirigidos por zonas?
—Son compromisos de cuatro tipos: proyectos estatales, grandes proyectos como autopistas, puertos y aeropuertos; proyectos regionales hospitales regionales y presas; proyectos municipales, como infraestructura urbana, pavimentación, drenaje y agua, y los grandes programas sociales que tienen que ver con las personas en específico, como médico en tú casa, becas, unidades móviles, entre otros.
¿Su campaña se reducirá sólo a esos 600 compromisos?
—No. Vamos a tener alrededor de seis grandes ejes, que estaremos trabajando como plan de gobierno: desarrollo social y pobreza, desarrollo económico y competitividad, sustentabilidad, salud, seguridad, cultura y deporte.
Este será un gobierno por un lado ciudadano, porque los consejos ciudadanos se estarán institucionalizando a través de una regla normativa para que haya comités de este tipo para cada secretaría. Estos serán de corte vinculativo para que se puedan medir y se rindan cuentas del uso de recursos.
¿Esta estrategia es retomada de la campaña de 2012 del ahora presidente Enrique Peña Nieto?
—Creo que la democracia significa rendición de cuentas; en ese sentido, me parece que la propuesta de compromisos te permite de manera muy clara informar a la ciudadanía y evaluar los avances para la sociedad.
¿Le ayudó su cercanía con el presidente Peña Nieto para ser elegido candidato entre siete aspirantes?
—Fue un proceso de partido. Tuve el apoyo de la militancia, de mis compañeros precandidatos. Fue una contienda intensa, cualquiera de los aspirantes podía ser candidato.
¿No fue uno de los candidatos que se decidieron por “dedazo”?
—El proceso fue transparente, fue abierto y ante la luz pública.
¿Pero no hay duda de que hay cercanía fuerte con el Presidente?
—Claro, tuve el privilegio y me honra mucho haber participado durante los últimos casi 10 años con el presidente Enrique Peña en diferentes responsabilidades. Pasé por distintas etapas con él cuando fue gobernador del Estado de México. Una fue como director del instituto de la Función Pública, luego como director del Sistema de Radio y Televisión mexiquense.
Después, en la campaña presidencial de 2012, fui el responsable del buzón del candidato; posteriormente, fui responsable del equipo de transición en la parte de vivienda. Pero la responsabilidad más importante en mi vida ha sido encabezar el Infonavit.
Más allá de los afectos y cariños, porque pude construir una amistad con el Presidente, están los resultados y hechos de mi desempeño.
¿Se ha alejado en los últimos años de la sombra de su padre?
—Siempre será un orgullo ser su hijo. Me dio los regalos más grandes: educación, valores y familia.
¿El apellido Murat y su padre no son un lastre?
—Por supuesto que no, jamás un padre será un lastre en la vida de sus hijos. Pero también que quede bien claro, en la vida pública cada quien es responsable de sus acciones. Alejandro Murat es responsable de su positiva trayectoria profesional, más de 15 años de servicio público y privado lo demuestran. He dado resultados.
Usted, su esposa y su familia se han visto envueltos en una serie de señalamientos por propiedades en el extranjero, ¿cerraron ese caso?
—Es cosa pasada, se respondió de manera puntual y hasta ahí.
Seguro será parte de la estrategia de otros partidos contra usted.
—Voy ser el primero en presentar la iniciativa para que Oaxaca sea el primer estado del país que pase la Ley 3 de 3 desde el Congreso estatal, además de la iniciativa para la Fiscalía anticorrupción. El tema es claro, que se sepa qué tengo y qué no tengo. No soy Slim, pero tengo mi patrimonio trabajado. No hay nada que ocultar.
¿En su campaña habrá voz fuerte contra el gobierno de Cué?
—Por supuesto que las elecciones son de contrastes. Oaxaca está en una etapa deteriorada, 70% de la población —según el Coneval— es pobre, 26% está en extrema pobreza. En salud, la cobertura es de 70% y 60% es seguro popular, que no siempre es la mejor. Todos estos indicadores nos llevan a concluir que Oaxaca tiene que cambiar, ese cambio lo representa Alejandro Murat.
¿Cuál va a ser su postura con el magisterio oaxaqueño?
—Caminaré de la mano con los maestros. Ellos son el más grande activo de cualquier sociedad. Veo en ellos la fuerza para cambiar Oaxaca.
¿Hay confianza por las encuestas que lo colocan arriba?
—No pienso en eso. Está por arrancar la campaña y los próximos 60 días serán los más intensos de mi vida. Aventaré mi resto.
¿Prevé guerra sucia?
—En todas las campañas se ven y se dicen muchas cosas, pero hay que responder con hechos, con propuestas y con el corazón. La fortaleza más grande son las propuestas y el trabajo.
Hubo impugnaciones en su contra porque dicen que usted no tiene la residencia en Oaxaca.
—Primero te diría que soy oaxaqueño, porque así lo dice la Constitución. Para mí ese tema es secundario. Pero me entusiasma que tengan miedo de un proyecto de cambio que hoy estamos construyendo por Oaxaca.
Si ellos quieren ganar en la mesa, lo único que denotan es miedo, pero les vamos a ganar en las urnas.