Con presencia en cuatro estados del país con sistemas de alta tecnología de control de velocidad, la empresa poblana Autotraffic emprendió en la Ciudad de México uno de los proyectos pioneros en el mundo enfocado a cuidar al peatón y al ciclista. Si bien en Puebla, Jalisco, Hidalgo y Veracruz encabeza servicios de foto multas “por velocidad”, su nueva encomienda será invertir la cadena de la movilidad y poner primero al peatón, al ciclista, luego, al transporte público y finalmente al automovilista.
Actualmente opera con 323 sistemas de control de velocidad en esas cuatro entidades, pero para la naciente Ciudad de México debió instalar sistemas de videovigilancia y fotomultas para cruceros considerados como de alta peligrosidad para los peatones.
El monto y vigencia de los contratos en cuatro entidades se desconoce. Para el caso de la Ciudad de México, el gobierno local le otorgó el servicio de subrogación de las fotomultas en un convenio que establece el pago de 46% por cada sanción, con un máximo de 149 millones de pesos hasta diciembre de 2017, sin IVA.
El contrato abarca determinados servicios, que no incluyen las multas por exceso de velocidad, pero en una de las cláusulas se determina que todas las imágenes captadas por el sistema de Autotraffic, deben ser entregadas a la Secretaría de Seguridad Pública, dependencia que definirá “la detección y procesamiento de otro tipo de faltas”.
Es decir, la empresa que ha generado polémica en la capital del país, no cobra por las multas de exceso de velocidad, pero sí entrega las fotos de los vehículos que cometen esta infracción a las autoridades.
“El proyecto Fotomulta (no de velocidad) de la Ciudad de México es el primer proyecto tecnológico a nivel mundial enfocado especialmente a proteger a los peatones y ciclistas, evitando que los conductores cometan faltas que los ponen en alto riesgo”, explica el socio fundador de Autotraffic, Alfonso Veles Iglesias.
Sin dejar de lado los controles de velocidad que implementa en otras entidades, ahora se enfocan a las fotomultas por paso de luz roja, invasión a paso peatonal, vuelta prohibida, vuelta a la derecha con semáforo en rojo, uso de distractores al conducir (teléfono celular, texting) e invasión de carriles confinados a ciclovías.
Para ello instalaron 50 cámaras en 44 cruceros considerados de alta peligrosidad, donde había más atropellamientos y era necesaria una intervención para frenar la fatídica estadística de 900 muertos, de los cuales 500 eran peatones.
“En México estamos acostumbrados a privilegiar a la minoría, en un entorno de la movilidad, donde solamente 30, 35% de la población tiene un vehículo particular en las zonas urbanas, dejando a la población peatonal, ciclista y usuaria de transporte público, que representa 65, 70%, en una posición indefensa”, destaca.
El origen
Autotraffic es una empresa mexicana constituida desde hace más de 12 años y desde su fundación ha sido pionera en enfrentar el grave problema de inseguridad vial que hay en el país, a través de la puesta en marcha de proyectos tecnológicos que funcionan desde hace 70 años en distintas partes del mundo.
Las resistencias y falta de cultura vial —admite Veles Iglesias— es su principal obstáculo a la hora de poder implementar sus servicios y sistemas, pero hizo un llamado a no generalizar sobre el sector que se opone a poner orden vial en las grandes urbes.
Se tiene que tomar en cuenta —afirma— que de 100% de la sociedad que vive en ciudades urbanas, entre 30 y 35% tienen automóvil, esto quiere decir que entre 65 y 70% son peatones, ciclistas o usuarios del transporte público.
Con la experiencia de vender y luego operar en conjunto radares de velocidad y fotomultas “por velocidad”, afirma que a la larga se pueden revertir esas resistencias, pues cualquier padre de familia prefiere que su esposa e hijos viajen en calles controladas y que los hijos mayores conduzcan vehículos de manera responsable.
Como ejemplo se encuentra la ciudad de Puebla y municipios conurbados, donde antes de operar las fotomultas, 94% de vehículos iba a exceso de velocidad, pero al implementar el sistema bajó a 48%, luego a 22%, se estabilizó en 10% y después de dos años sólo 4.2% se niega a respetar las velocidades máximas.
“El cambio cultural sí lleva un tiempo, pero una vez que pasas la etapa de choque, ya checas automáticamente la señalización de los límites de velocidad y el velocímetro de tu auto y empiezas a cambiar tu forma de manejo”, expuso.
Resultados positivos
Cuando surge Autotraffic se enfrentó en México con aquello que temían los alemanes, proveedores de la tecnología, es decir, un choque cultural, social y político que espantaba a todos y el típico “sí está muy bien, pero eso es muy europeo”.
Tras 12 años de operación, han logrado impulsar una nueva cultura vial en Puebla y Veracruz, donde su tecnología mide el exceso de velocidad; en Jalisco y Pachuca, los excesos de velocidad y paso de luz roja.
Los resultados de esos proyectos se han visto positivamente reflejados en una disminución de hasta 89% en accidentes, 92% de lesionados y de 62% en las muertes ocasionadas por este tipo de percances en las vías en las que la velocidad está controlada a través de sus sistemas.
Pero la disminución de fotomultas y accidentes va en relación con el costo de las multas, las cuales fija y cobra la autoridad.
En Puebla, donde el pago era de 12 salarios mínimos y subía dependiendo de la velocidad, se redujo hasta 4% el número de autos que infringían los límites, y en Jalisco, donde la multa es de 10 salarios de manera fija, sólo se ha logrado llegar a 12%.
Para el empresario, México se encuentra en un momento clave para cambiar la historia de la seguridad vial.
“Las actuales circunstancias obligan a todos los órdenes de gobierno a establecer políticas públicas, destinar recursos y dar resultados con proyectos destinados a incrementar la seguridad vial en nuestro país, ya es hora de crear un Observatorio Nacional de Seguridad Vial que sea el ojo vigilante de estas acciones y que pueda medir de manera precisa los resultados”.