Las empedradas calles del municipio mexicano de Taxco, en el sur del país, se llenaron con el sonido de las cadenas y los tambores un año más con la procesión de las ánimas del purgatorio, una simbólica tradición que se celebra en la noche del martes de Semana Santa.

Después de unos rezos en la capilla de San Nicolás Tolentino, los miembros de las hermandades penitentes comenzaron su recorrido por las empedradas calles del municipio, rodeados por multitud de turistas atraídos por la devoción del lugar, situado en el sureño estado de Guerrero y antigua ciudad minera.

Tanto hombres como mujeres participan en la procesión enfundados en una vestimenta negra y encapuchados; de esta manera, conservan su anonimato.

También caminan con los pies descalzos y amarrados por cadenas, cuyo arrastre quiebra el silencio que se forma a su paso, vaticinado por el sonido de los tambores.

Con este acto, los participantes -que rondaron los quinientos en esta ocasión- presentaron mandas, con las que se realizan peticiones a alguna figura religiosa.

Así, estas personas, que tienen que inscribirse con un año de antelación para participar, piden para expiar alguna de sus culpas o por algunos de sus familiares.

La procesión es encabezada por San Nicolás Tolentino, una imagen vestida con un faldón negro y con un rosario en la mano.

Le acompañan la figura del Cristo crucificado y la imagen del ánima sola, que representa a una mujer entre las llamas del purgatorio, con uno de los brazos alzados.

Esta procesión es única en Guerrero, por lo que se ha convertido en todo un reclamo turístico para Taxco, municipio que lleva celebrando estas muestras de fe desde principios del siglo XVII.

Este miércoles y jueves por la noche pasarán por las calles los encruzados, que cargan con varas espinadas a sus espaldas, y los flagelantes, que durante el recorrido azotan su espalda, otro de los actos religiosos más impactantes de la Semana Santa en esta ciudad colonial.

cfe

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