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Antonia sabe de pobreza y carencias. Es obrera de la maquila desde hace 27 años. En diciembre de 2015 fue despedida por exigir mejores condiciones de trabajo en la fábrica Eaton Bussman, donde percibía un sueldo de 123 pesos por día. Ahora busca una candidatura independiente a la alcaldía de Ciudad Juárez, Chihuahua.
A pesar de que lleva 31 años trabajando, no conoce de jubilaciones. Inició su vida laboral en el campo a los 14 años de edad, en la pisca de chile y tomate. A los 18 años trabajaba en la industria maquiladora.
Para lograr la candidatura tiene que recabar al menos 29 mil 500 firmas de apoyo ciudadano que respalden su aspiración.
Toñita, como la conocen sus compañeros, admite la dificultad de lograr la meta en medio de una “competencia dispareja”, donde otros aspirantes, ligados a algún sector partidista o empresarial poseen recursos para contratar publicidad masiva.
Sin embargo, entiende que el reto es convencer a sus compañeros obreros que nadie como ellos mismos conocen a profundidad las necesidades y carencias a que se enfrentan cada día.
“Se nota que simplemente no quieren que estemos ahí [en las elecciones], pero confío en que los obreros y pobres somos más, y que unidos podremos enfrentar cualquier obstáculo y alcanzar las firmas, porque los políticos no saben las carencias que vivimos los trabajadores”, dice la chihuahuense.
“En las fábricas, los supervisores son como capataces. Nos tratan con groserías y a las jovencitas las acosan sexualmente. Las empresas nos pagan salarios de miseria mientras no garantizan las condiciones de seguridad y salud al interior”.
Como ejemplo, Toñita recuerda que en Eaton, que produce fusibles y suministros eléctricos, se trabaja con materiales tóxicos y que no hay suficientes filtros de aire, los residuos de soldadura y resinas entran al organismo de los trabajadores causando problemas de salud, especialmente en vías respiratorias y ojos.
Contra “viento y marea”. Con apoyo de jóvenes, Toñita difunde su campaña para solicitar apoyo también en redes sociales con el hashtag #YoFirmoPorToñita y con una página de Facebook; sin embargo, la parte “fuerte” está en cuadrillas de trabajadores que ayudan con la recaudación de firmas en puntos clave de la ciudad y en los plantones afuera de fábricas.
“Estamos contra viento y marea porque todo el trabajo que estamos haciendo es voluntario”, señala, mientras otros hasta pagan a gente para recabar apoyos; los trabajadores no cuentan con recursos suficientes siquiera para imprimir las 30 mil papaletas que requieren llenar.
“Es muy duro y sabemos que nos enfrentamos a lobos, pero estamos con entusiasmo de que esto servirá además para difundir las luchas y que los obreros ya estamos hartos de injusticias”, asegura.