Durante una hora con 40 minutos, funcionarios federales y estatales se reunieron a puerta cerrada con familiares de los cinco jóvenes desaparecidos por policías estatales en el municipio veracruzano de Tierra Blanca.
El subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Roberto Campa Cifrián, y el fiscal del estado, Luis Ángel Bravo Contreras, encabezaron el encuentro con padres y madres de los cuatro hombres y una menor que fueron detenidos y desaparecidos el 11 de enero, a quienes entregaron a un grupo delincuencial.
Entrevistado en Tierra Blanca, Campa rechazó que hayan abandonado a los familiares de los jóvenes originarios de Playa Vicente. “Para nada, esto no ha sucedido; no los hemos abandonado. Hemos estado al pendiente del caso, los familiares no deben sentirse decepcionados de sus autoridades”.
Adelantó que hay avances “muy interesantes” que ya fueron dados a conocer a las familias.
“Obviamente con todo el respeto y prudencia en estas indagatorias que nos abren aún más el panorama para su paradero, pero por el momento no puedo darles más información al respecto, nos volveremos a reunir en ocho días y pues sólo les pido que se esperen al comunicado oficial”, exclamó.
Bernardo Benítez, padre de uno de los jóvenes, dijo que: “hay avances significativos; nos vamos a volver a reunir, pedimos que vuelva a ser aquí en Tierra Blanca, lamentablemente no les podemos decir más por la fluidez de las investigaciones, pero lo que queremos es que esto termine ya, este calvario”.
Dijo que sólo quiere descansar del “suplicio” que significa no saber de sus familiares.
“Sea la información que sea que nos la den ya, ya no queremos seguir sufriendo, ya no... las noticias malas se esperan o buenas también, tenemos esperanza; pero lo que queremos es que nos den a nuestros hijos, sólo eso es lo que queremos, ya no aguantamos más”, lamentó el padre de familia.
Como parte de los avances, Campa Cifrián señaló que 250 elementos federal trabajan en la investigación.
Agregó que rastrean con perros y peinan las zonas con caballería, buzos especializados, expertos en áreas confinadas y estructuras colapsadas, así como con vehículos todo terreno.
Además, en el rancho El Limón, una de las líneas aportadas por los familiares de los jóvenes desaparecidos, encontraron dos vehículos con reporte de robo, instrumentos empleados para la aparente sustracción ilícita de hidrocarburo, una bodega para habilitar “dobles fondos” en vehículos, objetos vinculados con una organización criminal, así como indicios de que en el lugar se resguardaba a personas.