Un grupo de especialistas inició los trabajos de disección de los restos de la ballena de aleta que la víspera recaló frente a la costa del puerto de Progreso, a 36 kilómetros de esta ciudad.

El equipo, encabezado por el director del Programa de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Raúl Díaz Gamboa, está integrado por 20 estudiantes y maestros de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia.

En entrevista, Díaz Gamboa dijo que el objetivo es determinar las posibles causas de la muerte del mamífero marino, de unos 14.5 metros de largo, con un peso de 20 toneladas.

La autopsia al cetáceo, continuó, se realiza en el costado poniente del puerto, a unos 100 metros del llamado Muelle de Chocolate.

Expuso que la disección les permitirá acceder a órganos como el estómago, pulmones y el cráneo de la ballena para poder analizarlos.

Explicó que hasta ahora no han encontrado lesiones en la parte exterior del cuerpo, que pudieran determinar que alguna acción humana pudo haberle provocado la muerte.

“Ya iniciamos los cortes propios de una necropsia para que a través de métodos científicos se pueda averiguar si estaba enferma, si le afectó algo contaminado, si se envenenó con hidrocarburos o si tiene lesiones internas, o en su caso, fue muerte natural”, subrayó.

El especialista de la UADY aclaró que los estudios tardarán varios días, se realizarán al aire libre, y una vez que finalicen se espera que la especie marina sea enterrada en esa zona.

Comentó que el área donde se realizan los estudios es resguardada por autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, elementos de la Armada de México, policías estatales y autoridades municipales.

Indicó que el cuerpo fue hallado por un grupo de pescadores a un costado de la terminal del puerto de altura de Progreso, desde donde lo arrastraron hasta el Muelle del Chocolate y fue sacado a la playa con maquinaria pesada.

En la edad adulta, las ballenas de aleta pueden medir hasta 25 metros de largo, pero es difícil calcular la edad del ejemplar, ya que esta especie carece de dientes y cuentan con estructuras llamadas “barbas” que le cuelgan de la región maxilar para filtrar sus alimentos.

Se trata de un habitante habitual en aguas del Golfo de México, pero de zonas mucho más profundas, en las aguas oceánicas fuera de la plataforma continental.

spb

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