Un grupo de viudas sigue acudiendo cada semana a hacer guardia a un campamento improvisado afuera de la mina Pasta de Conchos. El acceso a la veta está bloqueado con alambrado donde cuelgan un par de lonas con el rostro de los 65 mineros fallecidos en 2006.
Tomasita Martínez es una de las incansables viudas que se para cada semana en el lugar. “Nos echan en cara que no haya trabajo; esa mina es muy rica en carbón. Ahí hay trabajo, lo que peleamos son los restos , después que hagan lo que quieran, que haya trabajo, pero con seguridad”, recalca.
La minería es la principal actividad económica de la zona carbonífera —Sabinas, San Juan Sabinas, Juárez, Progreso y Múzquiz—.
En 2013 la explotación del carbón en Coahuila alcanzó los 13 millones de toneladas, lo que constituye 100% de la producción nacional y un valor en el mercado arriba de los 5 mil millones de pesos.
Hace unos meses surgió el rumor de que Grupo México había contratado a 300 trabajadores para iniciar excavaciones este año con otra razón social. Sin embargo, la organización Familia Pasta de Conchos negó la versión, pues desde noviembre de 2007 la Secretaría de Economía federal suspendió los derechos sobre esa mina.
Lourdes explica que no están en contra de que se abra la mina. “Hay mucha necesidad y sería trabajo para mucha gente, pero que antes saquen los cuerpos”.
Elizabeth Castillo opina igual. Ella, como otros familiares, mantiene la esperanza de que le entreguen los restos de su esposo: “Con dinero no se recupera la pérdida. Se ganaba poco, pero te llevabas la tortilla a la boca con orgullo, ahora la comida no se siente igual, no es lo mismo”.