Por solicitud del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), el gobierno municipal de Cancún autorizó el chapeo y desmonte de 22 hectáreas distribuidas en 18 lotes de “Malecón Tajamar”, incluidos los terrenos que el propio Fondo donó al ayuntamiento de Benito Juárez para habilitar un Parque Urbano, acompañado de infraestructura cultural en 5.4 hectáreas dentro del polígono.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el director de Ecología, Felipe Villanueva, explicó que los permisos de chapeo y desmonte habían sido tramitados por cada propietario, pero días antes de que maquinaria entrase a retirar manglares y selva –el 16 y 17 de enero- el Fonatur les solicitó la autorización correspondiente para el desmonte de 181 mil 762.50 metros cuadrados, es decir, de todos aquellos particulares que no habían tramitado aún esos permisos.

En la totalidad de esa superficie se encuentran incluidos los lotes 1, 2 y 10 de la Manzana 9, Supermanzana 6, localizados dentro “Malecón Tajamar”, los cuales suman 5.4 hectáreas donadas entre 2007 y 2009 por el Fonatur al municipio, junto con otras 177 hectáreas en donde se pretende edificar el Ecopark, actualmente llamado Ecoparque Cancún o Parque Cancún, colindante con el polígono.

El funcionario informó que Fonatur está obligado a entregar a la Dirección a su cargo, mil plantas por cada hectárea desmontada, lo que implicaría según lo que les autorizó, casi 19 mil plantas.

Sin embargo, no queda claro cuál fue la superficie real afectada, porque el dictamen oficial de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), señala 22 hectáreas desmontadas, lo que coincide con la información que el propio Fonatur hizo pública.

Esto implicaría la entrega de 22 mil plantas rescatadas, en lugar de las casi 19 mil, correspondientes por la superficie que Fonatur solicitó desmontar al municipio.

En cualquiera de los casos, Villanueva Silva indicó que, a un mes del retiro de vegetación, Fonatur no ha entregado una sola planta, aunque aclaró que el plazo para dar cumplimiento, es de tres meses.

“Estamos a la espera de que traigan la flora rescatada”, dijo.

Añadió que la empresa italiana Bi and Di cuenta con permisos de chapeo y desmonte para sus 10 lotes en Malecón Tajamar, otorgados al amparo de la autorización de impacto ambiental y al cambio de uso de suelo en terrenos forestales que Semarnat aprobó al Fonatur.

También aclaró que en ese caso, se le exhibieron un promedio de 10 mil plantas fruto de un presunto rescate de vegetación, que fueron depositados en el Parque Kabah.

“Después de lo que pasó con Bi and Di, recibimos una cascada de solicitudes de permisos de chapeo y desmonte, de particulares que no iban a construir, sólo a limpiar sus terrenos y ya tenían sus subproyectos o anteproyectos avalados por la Semarnat”, expresó.

Cuestionado sobre por qué expidieron permisos de chapeo y desmonte a particulares, siendo el titular de la autorización de cambio de uso de suelo forestal, el Fonatur, el funcionario respondió que el resolutivo de la Semarnat así lo permitía a través de la figura del “subproyecto” que sustituía a la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), dado que “Malecón Tajamar” es un Plan Maestro de desarrollo de un polígono con parámetros autorizados mediante el Plan Parcial de Desarrollo Urbano de 2006.

Cambio de reglas del juego antes del desmonte

El 12 de enero pasado, cuatro días antes de la destrucción de manglares y selva en “Malecón Tajamar”, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), envió a la Dirección General de Ecología del municipio un oficio en el que autorizó al Fonatur, modificaciones al resolutivo de impacto ambiental del 28 de julio del 2005 y a un oficio girado el 10 de abril de 2008.

Estas modificaciones invalidan algunas de las obligaciones que el Fonatur debía cumplir previo al desarrollo de los lotes y a nombre de los particulares a los que les vendió terrenos dentro del polígono.

Específicamente se refieren a las fichas técnicas de anteproyectos o “subproyectos” individuales que Fonatur debía turnar a la Semarnat, para ser avalados, en sustitución de la MIA.

Esos subproyectos debían ajustarse a parámetros urbanos del Plan Parcial de Desarrollo Urbano de “Malecón Cancún” y a las medidas de prevención y mitigación que voluntariamente propuso el Fonatur, a la Semarnat, así como a las condicionantes impuestas en el Resolutivo de 2005.

Tal fue el caso del subproyecto “Delphi”, planteado en el Lote 2, Manzana 5, Supermanzana 6, que fue autorizado a la empresa “Malecón Cancún” el 27 de agosto de 2008 sin que el promovente presentara una MIA.

La Semarnat consideró que “Dephi” no debía someterse al procedimiento de impacto ambiental porque el desarrollo forma parte de un proyecto integral autorizado el 28 de julio de 2005, de acuerdo con la copia de la autorización en poder de este medio.

Las contradicciones

El 28 de enero pasado, en conferencia de prensa, el procurador federal de Medio Ambiente (Profepa), Guillermo Haro, declaró que la autorización que ostenta Fonatur desde el 2005, sólo ampara la urbanización y lotificación del polígono, no la construcción.

Dijo además que cada particular debía someter a evaluación de impacto ambiental sus proyectos en “Malecón Tajamar”, presentando una MIA, y sujetándose a la legislación actual, es decir, el artículo 60 TER de la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), que prohíbe toda obra o actividad que afecte el flujo hidrológico de los manglares.

El funcionario federal omitió mencionar que existen proyectos que ya se autorizaron sin esa MIA, a través de la figura de subproyectos, de acuerdo con lo autorizado por Semarnat a Fonatur.

Días después, el propio secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano, declaró lo mismo que Haro Belchez y añadió que las dos etapas que amparaba el resolutivo del 2005 a Fonatur, habían concluido ya.

“Eso lo acaba de declarar Semarnat, pero yo no veo las bases técnicas para pedirles una MIA individual. Con base a todos los documentos técnicos que tenemos, en ninguna parte se establece que cada lote particular deba presentar una MIA, sólo se establece la validación de subproyectos. Por qué tomaron la decisión de pedir ahora una MIA, esa ya es ‘onda de ellos’”, expresó Villanueva Silva.

Hasta el momento ni Semarnat ni Profepa han hecho público el oficio en el que, el 12 de enero, volvieron a cambiar las reglas del juego en el “Malecón Tajamar”, anulando el tema de los subproyectos.

Tampoco han explicado porqué la solicitud del Fonatur, antes del 16 de enero pasado, para obtener los permisos de chapeo y desmonte competencia del municipio. No han explicado, además, por qué se arremetió contra los lotes públicos, que forman parte del patrimonio municipal de Cancún.

afcl

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