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estados@eluniversal.com.mx
En el marco de la visita del papa Francisco a México, el tema del malecón Tajamar tendría que ocupar un lugar en su agenda y en su discurso, así como el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, la pederastia dentro de la Iglesia católica y la pobreza, afirmó el sacerdote Pablo Pérez Guajardo.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el religioso asegura que en Tajamar se cometió “un evidente ecocidio”, contrario a lo que dicta la encíclica Laudato si (“Alabado seas”, en latín), presentada por el jerarca católico el año pasado y que versa sobre la llamada “casa común”.
“Dentro del menú de problemas mexicanos a tratar, junto con Ayotzinapa, la pedarastía dentro de la Iglesia y la pobreza, sin duda un tema de la agenda y en el discurso debe estar el tema de Tajamar, donde se cometió un ecocidio.
“En Tajamar hubo una evidente devastación a la vista de todo el mundo, que va en contra de la encíclica del papa Francisco, Laudato si, la cual nos habla del cuidado de la casa común, el planeta, la naturaleza como obra de Dios; nos dice que somos administradores de la obra divina y reconoce al cambio climático como una realidad que afectará a las poblaciones más vulnerables del mundo”, dijo.
El sacerdote, quien oficia en una iglesia de Playa del Carmen, en la Riviera Maya, manifestó que el caso de Tajamar ha escalado a nivel internacional, en gran medida, por la forma de proceder que ha manifestado el propio gobierno mexicano.
“El tema no es nada menor. Ha escalado a nivel internacional debido al manejo político erróneo del gobierno federal que, por otro lado, ha dejado en claro que la visita del papa Francisco es de carácter diplomático. Entonces tendremos que ver si su Santidad viene como jefe de Estado o como autoridad moral y líder espiritual en favor de los pobres. Lo veremos en su discurso”, dijo Pérez Guajardo.
En redes sociales, desde el jueves pasado solicita al papa Francisco que se pronuncie por la cancelación del proyecto, usando los hash tags (etiquetas) #SalvemosTajamar, #PapaEnMexico, dirigidas a la cuenta del jerarca católico @Pontifex_es.
Pérez Guajardo también se refirió al megaproyecto de la Prelatura Cancún-Chetumal, para construir dentro de Malecón Tajamar, la Basílica Santa María del Mar, que será la más alta de Latinoamérica y tendrá una cruz de 112 metros de altura.
“De ninguna manera un proyecto así es congruente con el Evangelio. Es absurdo que la casa de la Virgen María, que es sinónimo de austeridad y misericordia, sea la mansión más suntuosa del Caribe.
“Sería mejor, más acorde, construir un hospital eficiente de pediatría, no estar usando el nombre de Dios como pretexto para cometer un ecocidio, construyendo a costo exorbitante una iglesia en una zona pantanosa que tendrá el doble de altura que las torres de condominios que hay en la plaza comercial de enfrente [Malecón Las Américas], subrayó.
Malecón: problema legal y ambiental, no sentimental. En su opinión, la polémica alrededor del millonario desarrollo impulsado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), en un polígono de 78.4 hectáreas, “no tiene que ver con sentimentalismos a favor de arbolitos y plantas”, sino con “argumentos sólidos que han probado la importancia de los ecosistemas naturales como los manglares, para la vida, la seguridad de la gente y para la mitigación del cambio climático”.
“Entiendo que también parte del problema es legal. Hay dudas serias sobre la naturaleza de los permisos y, al parecer, resistencias para corregir lo que se hizo mal. Hay amparos que no se han resuelto, suspensiones, cosas que siguen surgiendo a la luz desde las sombras. No tiene que ver esto con sentimentalismos a favor de arbolitos y plantas”, señaló.
Ordenado como sacerdote, 25 años atrás en el Vaticano por el papa Juan Pablo II, este cura participó en la primer manifestación que pobladores y activistas realizaron en Tajamar, horas después de que la maquinaria entrase al polígono la madrugada del 16 de enero pasado, con el respaldo de la fuerza pública municipal y estatal, para desmontar manglares y sepultar animales vivos.
“Traer a la fuerza pública para entrar a devastar en la noche, con máquinas cuyas luces atraen a la fauna, fue como llamarlos al matadero. Negar que ahí había animales vivos es como negar que el aumento del dólar afecta al pueblo de México”, dijo.
Pide que Iglesia se desista del proyecto. Para el sacerdote, quien suele realizar labores sociales en hospitales y escuelas de Playa del Carmen y actividades en favor de internos de la cárcel, la Prelatura Cancún-Chetumal debe cancelar el proyecto Basílica-Santa María del Mar.
“Que desistan. No creo que sea muy grato construir sobre víctimas vegetales y animales. ‘No pega’ con el sentido franciscano del papa Francisco. No pasa nada si no se construye, mejor que reforesten, como pasó con el ‘Ombligo Verde’”, manifestó, al señalar que además la obra padece de fallas canónicas para recibir el término de basílica.
El edificio está planeado en un terreno de 10 mil 300 metros cuadrados en terrenos donados a la Prelatura. Originalmente se dijo que la donación fue del entonces presidente Vicente Fox, a través del Fonatur.
Sin embargo, recientemente se indicó que el donante fue el gobierno de Quintana Roo, a través del Instituto de Patrimonio. Pero en declaraciones del obispo, Pedro Pablo Elizondo, la Prelatura pagó 100 millones de pesos por el terreno.
“Es un lío muy grande, porque al parecer tampoco contaban con todos los permisos. Tienen los permisos a medias”, dijo Pérez Guajardo.
La basílica está pensada para albergar a mil 500 personas y tendrá una cruz con 112 metros de altura.
Pérez Guajardo recuerda que en uno de los eventos para colocar la primera piedra, años atrás, estuvo presente el nuncio Apostólico en México, Christophe Pierre.
Desde hace un par de años se celebran en ese terreno, misas dominicales. Primero fue en una carpa improvisada, la cual fue creciendo mientras se desmontaba lentamente la vegetación del sitio, en donde existe ya una instalación más en forma y una cruz de madera.
El letrero panorámico que mostraba la imagen de la basílica fue tumbado durante las maniobras de la maquinaria que entró a desmontar 20 hectáreas en todo el polígono, el 16 de enero pasado.