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La Unión Europea (UE) condenó el homicidio de Anabel Flores y confió en que las autoridades competentes llevarán a cabo una investigación expedita transparente y eficaz para esclarecer los hechos, identificar y juzgar a los culpables, considerando, entre otros motivos, los ligados a su profesión.
En una declaración, la delegación de la Unión Europea y las embajadas de los Estados miembros de ese bloque expresaron sus condolencias a los familiares de la reportera y reprobaron, “firmemente”, el secuestro y posterior asesinato de la comunicadora, quien colaboraba en el periódico El Sol de Orizaba del estado de Veracruz.
Indicaron que lamentablemente, la muerte de Flores se suma a la lista de otros periodistas asesinados dentro del territorio nacional.
“La Unión Europea seguirá apoyando la libertad de expresión e insta a más autoridades a hacer uso de todos los medios a su alcance para garantizar la protección de personas que ejercen la profesión periodística”, señala la asociación con respecto a las agresiones.
Tema recurrente. En los últimos años, el bloque ha expresado su preocupación por los hechos de violencia contra los periodistas y la necesidad de protección de los mismos en su actividad profesional.
En mayo de 2015, las representaciones de la UE deploraron también el asesinato del reportero de un programa de radio en Veracruz, Armando Saldaña Morales.
Ese año hizo lo propio con el caso de Rubén Espinosa, víctima de un asesinato múltiple en la colonia Narvarte de la Ciudad de México.
En junio de 2014, el bloque expresó su condena por el “vil” homicidio de Jorge Torres Palacios, periodista y vocero del gobierno municipal en el estado de Guerrero.
En cada caso se ha llamado a las autoridades competentes a hacer todo lo posible para esclarecer los hechos, identificar, arrestar y juzgar a las personas responsables.
Anabel Flores fue secuestrada la madrugada del lunes 8 de febrero en su domicilio por hombres armados. Los hechos ocurrieron en la Unidad Habitacional Puerta Grande del municipio de Mariano Escobedo, asentado en la zona montañosa central de Veracruz, región donde circula El Sol de Orizaba.
La comunicadora, quien trabajaba como colaboradora en este diario con notas policiacas; sus restos fueron encontrados un día después en Puebla maniatados, el rostro cubierto y huellas de tortura.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Sociedad Interamericana de Prensa condenaron el asesinato y pidieron una investigación seria sobre el caso.
