Este miércoles de ceniza es una fecha importante para muchos de los pueblos originarios de México, pues representa el inicio del período de cuaresma, que culminará con la celebración de los ritos de Semana Santa en la región del noroeste de México, tanto en Sonora, Sinaloa y Chihuahua.
También en el estado de Arizona, en los Estados Unidos, este periodo representa la muerte y resurrección de Jesucristo mediante ceremoniales que integran, tanto la cosmovisión ancestral de estas sociedades, como la integración y asimilación de las prácticas y rituales traídos por los misioneros jesuitas y franciscanos, aseguró el Antropólogo Alejandro Aguilar Zeleny, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Sonora.
A partir del miércoles de ceniza, y durante los 40 días siguientes, en penitencia por una manda, portan máscaras de animales, cascabeles en sus piernas y tobillos, y danzan por las calles, tocando un tambor.
El Viernes Santo velan las máscaras que portaron durante el tiempo en que se impusieron el castigo, y el Sábado de Gloria, mediante un rito, pasean a Judas Iscariote y lo queman junto a las caretas que portaron en su penitencia.
Aguilar Zeleny, ha venido estudiando por más de 30 años los grupos originarios del noroeste de México, especialmente los asentados en Sonora, incluso actualmente lleva a cabo el Proyecto: Inventario y salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de los pueblos originarios de Sonora, que desarrolla estudios sobre identidad, simbolismo, música tradicionales, ritualidad, gastronomía, entre otros aspectos.
En la región norte de Sinaloa y sur de Sonora los integrantes de la nación yoreme/mayo se reúnen en distintas comunidades para organizarse y comprometerse dentro de la tradición de cuaresma; lo mismo sucede entre los miembros de los Ocho Pueblos de la tribu yaqui y sus descendientes, tales como los yaquis de Hermosillo y los asentados en Pascua Nueva, Arizona, al sur de Estados Unidos, frontera con México.
Por otro lado en el estado de Chihuahua, los rarámuri o tarahumaras también celebran esta tradición, al igual que los warihó y los o’ob / oichkama, conocidos también como pimas bajos, habitantes de la región serrana entre Sonora y Chihuahua, según las investigaciones realizadas en los últimos años por los especialistas del Centro INAH Sonora.
“Particularmente entre los yaquis y mayos, puede decirse que este ritual no es sólo uno de los más importantes, sino también el de mayor duración, ya que su realización se extiende desde el miércoles de ceniza, toda la cuaresma y semana santa, siendo liberados los participantes de su responsabilidad ritual, hasta el día de la Santa Cruz, el dos de mayo”, explicó Aguilar Zeleny.
Agregó que entre los miembros de la tribu yaqui, es tradicional el hecho de que a partir del miércoles de ceniza, el gobierno tradicional yaqui entrega la responsabilidad de su investidura a la iglesia de cada uno de los Ocho Pueblos Tradicionales, lo que da cuenta de la importancia y significado que tiene para estas sociedades.
Además dentro del significado religioso, el investigador explicó que “como parte de este compleja celebración, se integran diversos grupos de participantes, cada cual con actividades y funciones específicas, dando forma a un ejército ritual, destacando la presencia de los chapayekas o fariseos, conocidos también en algunas regiones como judíos, quienes representan un ejército maligno en búsqueda del hijo de Dios”.
En las distintas comunidades donde se conserva esta tradición se establecen ramadas tradicionales, que representan el poder y la autoridad de la iglesia; donde en un costado se hace un montículo de tierra, colocando una cruz, lugar que representa la guardia y el poder militar de esta iglesia, de la naturaleza y dónde las máscaras, espadas y cuchillos de este ejército demoniaco monta su guardia.
Después del miércoles de ceniza, cada día viernes de cuaresma se realiza el conti o procesión ritual que representa la búsqueda y persecución de Cristo, por un lado con las alabanzas y rezos de rezanderos, cantoras y otros personajes que se van integrando al ceremonial, mientras que por otra parte el ejército de fariseos acecha los pasos del hijo de Dios en la tierra.
De esta manera, durante la cuaresma y toda la Semana Santa se llevan a cabo diferentes actividades y procesos rituales, donde conviven y se conjugan personajes y tradiciones de las distintas comunidades participantes; como por ejemplo: mientras yaquis y mayos siguen esta tradición desde el miércoles de ceniza, grupos como los pimas, warihó y ralámuli, realizan sus rituales especialmente durante la semana santa.
jram