Para esclarecer el caso de la desaparición de 28 personas del municipio de Allende a manos de los Zetas, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila (PGJE) anunció que entregará una recompensa de 300 mil pesos y garantizó secrecía en la denuncia a quien proporcione información fidedigna que conduzca a la detención de tres miembros de esa banda criminal.
La PGJE dijo que busca detener y enviar a prisión a Juan Rafael Arredondo Oviedo, alias “El Cubano”; Bertha Rosario Téllez Vega, apodada “La Chayo" y a Ricardo Díaz Miranda, a quien llaman “El Richard”, sobre quienes pesan órdenes de aprehensión por el delito de secuestro calificado de 28 personas.
En un comunicado de prensa emitido hace unos momentos, la dependencia informó que resultado de las investigaciones efectuadas por la policía, se determinó que los tres delincuentes están involucrados con la privación de la libertad y muerte de 28 personas en el municipio de Allende, en hechos ocurridos en el mes de marzo de 2011.
Las órdenes de aprehensión en contra de los señalados fueron giradas por un juez penal desde el mes de junio del año pasado, refirió.
“A Juan Rafael Arredondo -aseguró- se le identifica como integrante de la organización criminal de Los Zetas, al igual que a Bertha Rosario Téllez Vega y Ricardo Díaz Miranda quienes se desempeñaban hasta 2011 como oficiales de la Dirección de Seguridad Pública Municipal en el municipio de Allende y de acuerdo a diversos testimonios, prestaban sus servicios a la delincuencia organizada”.
Quien tenga datos e información de donde se encuentran los tres criminales que permitan dar con su paradero y arrestarlos puede llamar al teléfono (844)150-07-70 de la Subprocuraduría Para la Investigación y Búsqueda de Personas No Localizadas, Atención a Víctimas, Ofendidos y Testigos, o al número de emergencias policiales “066”, los reportes que se reciban tendrán carácter de confidencial, garantizó la PGJE.
En marzo de 2011, por encargo de Miguel Ángel Treviño Morales, el "Z-40", cerca de 30 personas fueron levantadas y asesinadas. Casi 40 casas, donde vivían los desaparecidos, fueron demolidas por los Zetas como represalia por ser familiares de dos sujetos que dejaron la organización.