“Me bajaron de la recámara, me golpearon en la cara y la mataron frente a mí”, relató Juana Ocampo, madre de la alcaldesa asesinada Gisela Mota, al rector Alejandro Vera mientras caminaba hacia el féretro de su hija.

El rector acudió al funeral acompañado del representante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Javier Sicilia. La alcaldesa fue asesinada en el interior de su domicilio la mañana del viernes por sujetos armados que irrumpieron en su domicilio en la colonia Pueblo Viejo.

El sábado por la noche también acudió el dirigente nacional del PRD, Agustín Basave, a dar el pésame a la familia de su correligionaria y a exigir justicia por el crimen de su compañera de partido.

A mediodía el féretro de Gisela Mota fue trasladado a la explanada del palacio municipal para rendirle un homenaje de cuerpo presente, ahí llegó el gobernador Graco Ramírez.

Su presencia incomodó al perredismo local identificado con el senador Fidel Demédicis Hidalgo, su adversario político de siempre.

Casi en ese momento llegó el rector de la UAEM para expresar su indignación por el crimen de la presidenta municipal, y afirmar que las autoridades “han relativizado las estadísticas.

“Por supuesto creemos que el gobierno tiene que dar respuesta por no tomar en serio los altos índices de criminalidad que se viven en el estado y particularmente en Temixco, y por no haberle dado la protección a Gisela como presidenta de uno de los municipios más violentos y más convulsos de nuestro estado y del país”, dijo el rector.

Por la mañana el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, ofició una misa de cuerpo presente y en entrevista declaró que algo está fallando en la estrategia oficial contra la delincuencia, pues llamó a replantear la estrategia de seguridad en la entidad.

“Coatlán del Río, Puente de Ixtla, Amacuzac (zona sur del estado) está en manos del crimen organizado y desde hace tanto tiempo lo venimos diciendo y no han podido hacer nada. ¿Cómo es posible que toda una región del estado esté en manos del crimen organizado”, cuestionó Castro Castro, promotor de por lo menos dos marchas para exigir seguridad.

El jerarca católico consideró que el crimen de la alcaldesa de Temixco puede significar una advertencia para los demás ediles: “Si no cooperas con el crimen organizado, mira lo que te puede pasar. Eso es atemorizarlo”, dijo.

Por su parte, Anastasio Solís Lezo, ex coordinador de campaña de Gisela Mota, dijo que algunos preguntan por qué no había escolta con la alcaldesa y la respuesta es porque “la policía debe estar para cuidar al pueblo, no a los políticos, ésa fue la razón”.

Luego recordó las palabras de Gisela respecto a vivir sin temor. “No le hago mal a nadie, no tengo por qué temer, el pueblo me cuida. Vengo a trabajar, a hacer el bien, no me voy a cambiar de casa, voy a casarme con el pueblo, decía”, relató Solís Lezo.

Agregó que tras concluir los tres días de luto, los integrantes del cabildo decidirán quién estará al frente de la comuna. La alcaldesa suplente Irma Camacho se dijo lista para asumir sus funciones, una vez que el cabildo convoque a sesión. “Creo que a ningún político le gustaría asumir un cargo en una circunstancia similar, porque el dolor es permanente, pero el municipio no se puede quedar sin cabeza”, dijo la profesora.

Tras el homenaje en palacio municipal, el féretro de la alcaldesa fue regresado a su casa; más tarde partió hacia el panteón San Rafael, donde fue sepultado entre vivas y aplausos.

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