Dejar de esperar las oportunidades y salir por ellas, es el reto que un día tuvieron ante sí cuatro jóvenes pachuqueños, quienes ante la falta de empleo y salarios miserables, decidieron apostarle por su talento y convertirse en emprendedores, fue la letra “i” la que marcaría su destino. De la ilusión, iniciativa e innovación, surgió Estudio I.

Considerado como un proyecto de éxito por la delegación de la Secretaría del Trabajo en Hidalgo, a través del fondo de Autoempleo, Estudio I es un despacho de publicidad estratégica ideado por Jordan Cravioto, de 29 años.

Participan además, los hermanos Miriam y Gerardo Ávila, así como Fabián Zúñiga. A los cuatro los une el parentesco, la amistad y la asociación civil Expo Empresarial Cristiana, que promueve los valores familiares y el emprendedurismo.

En 2007, Jordan se graduó como mercadólogo y sólo logró empleo de volantero por 500 pesos a la semana. Lamenta que “en la educación superior muy pocas escuelas decidan crear emprendedores, la mayoría arroja profesionistas en la que su única meta es ser empleados, y no es que esté mal —asevera—, el problema es que no hay fuentes de trabajo y los salarios son irrisorios”.

Fabián, de 27 años, platica que después de graduarse como diseñador gráfico, tardó dos años en hallar su primer empleo; salarios fatales y requisitos como experiencia eran básicos para su contratación.

La suerte no estaba de su lado y encontró un trabajo donde sólo le ofrecieron 500 pesos a la semana.

“Al principio lo pensé para aceptar, me quedé porque entendí que mi ganancia sería la experiencia”, dice.

Los caminos de los cuatro coincidieron y así surgió la idea de buscar un financiamiento que les ayudara a crear su propia empresa.

“Sabíamos a través de la Expo que en la Secretaría del Trabajo podríamos tener un subsidio; nosotros teníamos el conocimiento y la visión de lo que queríamos, pero como casi todos los jóvenes, no teníamos el dinero para echarlo a andar”, dice Jordan.

Se unieron y comenzaron a crear un proyecto de publicidad, “la idea era ofrecer servicios de asesoramiento y consultoría a las empresas. Con el proyecto bajo el brazo, en agosto de 2014 acudimos a la delegación de la Secretaría del Trabajo para solicitar el financiamiento en fondo de Autoempleo”. Estudio I comenzó a ver la luz tras concluir el proyecto, que ofrecería diseño gráfico, imagen corporativa, diseño editorial, campañas publicitarias, fotografía y video, entre otros.

Explican que en este programa su proyecto entró en una fase de concurso para conocer su viabilidad, la cual les fue anunciada en noviembre de ese año. Con un crédito de 100 mil pesos este grupo adquirió equipo como impresoras, computadoras, un proyector, un Ploter de corte de vinil; el resto sólo dependería de su talento.

Con un poco de sus ahorros rentaron un espacio donde se asienta Estudio I, la pequeña oficina negra con vivos en azul forma es hoy el cimiento de la vida profesional de Jordan y sus amigos.

Coinciden en que fue emocionante empezar a discutir desde los colores que se usarían, el diseño del logo y el nombre, “y nos decidimos por Estudio I, porque viene de la imaginación, de la innovación, de las ideas, de la iniciativa que todos tuvimos”.

Tras un año en que consiguieron el financiamiento y de tres supervisiones de que el recurso se había aplicado, a principios de diciembre de ese año les liberaron el crédito.

Jordan asegura que han pasado lo peor para su proyecto, pues la mayoría de las pequeñas empresas cierran antes del año, pero Estudio I ha logrado superar ese tiempo y ofrecer cinco empleos temporales, lo que los convirtió en un proyecto de éxito de 2015.

El reto es crecer, señalan todos. Hoy cuentan con una cartera de unos 20 clientes, sin embargo buscan expandir el negocio hacia Puebla, Tlaxcala y Querétaro, para ello se preparan en ofrecer un servicio de calidad y buen precio.

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