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“Abrazar a mi santa madre y a mi hermoso padre”, fueron las primeras palabras de Luis, uno de los 30 normalistas de Michoacán que ayer por la noche fueron declarados en libertad bajo las reservas de ley por el magistrado del Segundo Tribuna Unitario con sede en Morelia.
Pese a su reclusión, los normalistas advertían que no dejarían sus movilizaciones, porque señalaron que no han cometido ningún delito.
Los estudiantes fueron detenidos el pasado 7 de diciembre, acusados presuntamente de violar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, luego de que, según la fiscalía, les encontrara en su poder artefactos explosivos de fabricación casera.
A 51 días de su detención, los normalistas detenidos sobre la caseta de cuota de Zirahuén, ubicada sobre la Autopista Siglo 21, fueron puestos en libertad al no encontrárseles pruebas suficientes para procesarlos.
En ese sentido, Luis, hijo de padres campesinos y originario del municipio de Jiquilpan, señaló a EL UNIVERSAL que su único anhelo desde su captura a manos de fuerzas federales y estatales era reunirse con sus padres.
“Lo más difícil para nosotros fue estar lejos de nuestras familias, de nuestros seres queridos, que sin duda es lo que más nos llega a doler; pero gracias a Dios ya estamos a un paso de estar con ellos”, dijo el alumno de la Normal Indígena de Cherán.
Comentó que en ningún momento recibieron maltrato de las autoridades penitenciarias federales y estatales, ya que primero permanecieron al menos un mes en el penal federal de Tepic, Nayarit, y posteriormente en el Cereso David Franco Rodríguez.
Minutos después de las 20:30 horas, los normalistas abandonaron las rejas del penal conocido como Mil Cumbres. A las afueras, ya los esperaban sus familiares y amigos.
“Por fin se acabó el calvario. Siento mucha felicidad porque es lo que estábamos esperando: abrazar de nuevo a nuestros hijos”, relataba la madre de otro de los estudiantes,
Juan José Ortega Madrigal, líder de la Sección 18 de la CNTE, quien también esperaba afuera del penal de mediana seguridad, señaló que esta liberación es un acto que todos los michoacanos deberían festejar. “Creo que el proceso jurídico llegó a su fin con el acto de justicia y libertad”, consideró.
Félix Pérez Lovato, integrante de la defensa, indicó que para lograr la liberación de este último grupo de estudiantes presentaron ante la segunda instancia los mismos argumentos legales que les permitieron la libertad de las 22 mujeres detenidas acusadas de los mismos delitos.